1.- Universidad y Congreso, retrocesos

Lo que realmente preocupa de decisiones como la cancelación de una exposición y el retiro de obras artísticas en otra, ocurridas en distintos momentos y espacios, no es la presión surgida de quienes pretenden seguir normando criterios en base a sus creencias personales, sino la fragilidad de las instituciones públicas que no son capaces de defender derechos elementales en torno a la libertad de expresión y la libertad artística.

El argumento utilizado por autoridades universitarias para cerrar de forma anticipada la exposición artística Iconoclasia, desarrollada por el artista Edder Martínez en un proceso académico de titulación, fue el de supuestas amenazas de violencia por parte de grupos ultraconservadores, por lo que se tomó la medida para “resguardar a la comunidad universitaria y la armonía social”.

Es decir, que, de ser cierto lo que aduce el comunicado universitario, se trató de un flagrante caso de extorsión (“haces lo que digo o te causo daño”), que logró su cometido, sin que hubiera de por medio una denuncia formal ante las autoridades encargadas de prevenir y combatir los delitos.

De no ser así y de tratarse de un simple pretexto para acabar con la polémica, el escenario es aún peor, pues hablaría de la invención de una coartada para justificar lo que en realidad es la abdicación de una institución para defender una de sus razones de ser: la libertad de cátedra, una de las manifestaciones de la libertad de expresión.

Cabe puntualizar que una de las razones fundamentales del concepto de Autonomía Universitaria, es precisamente la de excluir a la cátedra de cualquier tipo de coacción externa, a fin de que se genere un debate libre sobre toda clase de temas que se quieran abordar.

La gestión de la rectora Claudia Susana Gómez, una académica de trayectoria sólida en su campo, queda de nuevo en entredicho con estos hechos, sobre todo a causa de las insuficientes explicaciones sobre la medida. 

La clausura de la exposición se suma a decisiones como el despido de catedráticos acreditados en el Departamento de Derecho de la Universidad para sustituirlos por recién egresados con conexiones familiares con el ex rector Luis Felipe Guerrero. 

Por otra parte, la polémica sobre la censura en la UG permitió conocer un hecho ocurrido con anterioridad en el Congreso del Estado, donde un espacio empleado para exponer manifestaciones artísticas, Centro Cultural Santa Fe, albergó y a la postre mutiló una exposición de la artista plástica Natalia Barajas, por contener dos figuras de desnudo femenino que representan deidades prehispánicas. 

Llama la atención que primero se acepten los contenidos a exponer y una vez que están a la vista del público, ocurran los actos de censura, lo que más bien deja ver que alguien con poder, por supuesto ajeno a criterios artísticos, se ve incomodado por las obras.

En este caso, quien dio la cara fue un subalterno, el director de vinculación social del Congreso, Arturo Gómez Mosqueda, pretextando que las imágenes no eran aptas para menores de edad y remitiendo a unos “lineamientos” que nadie parecía conocer. 

A este paso, pronto veremos la clausura de las réplicas que componen la exposición permanente El Canon Clásico, en el Museo de Arte e Historia de Guanajuato, a menos que estén pensando colocarle un sostén a la Venus de Milo y un rebozo a la Victoria de Samotracia.  

Lo delicado es que estos retrocesos institucionales alientan a grupos ultraconservadores en su oposición al programa de educación sexual en escuelas estatales y al reconocimiento legal de derechos como el matrimonio igualitario y la interrupción voluntaria del embarazo.

Reacio a evolucionar con la sociedad, el PAN que nos gobierna hace tres décadas parece dispuesto a radicalizarse como reacción ante su pérdida de terreno electoral. No parece la mejor apuesta, pero allá ellos.

2.- Lorena Alfaro se refugia en el CEN

La disputa por el comité municipal del PAN en Irapuato se está convirtiendo en la madre de todas las batallas, de la próxima elección de mandos panistas en el estado. Una vez solucionada la disputa de León con un candidato único, que no de unidad, y con el fiasco del cártel de los ex alcaldes, el escenario más llamativo se da en tierras freseras. 

Lorena Alfaro, la alcaldesa que trabaja desde hace meses una sucesión en familia, a través de su hermana Valeria, actual directora del DIF, ha logrado unir en su contra a las corrientes que sobreviven en el panismo: las que encabezan Ricardo Ortiz y Eduardo López Mares.

La suma no los lleva lejos. Ortiz, quien fuera tres veces alcalde, ha visto cómo su grupo se disgrega después de haber declinado su candidatura a diputado federal por razones de salud en 2024. López Mares, por su parte, lleva a cuestas su propio desprestigio como uno de los peores dirigentes del PAN y padre de dolorosas derrotas en municipios y distritos en la pasada elección.

La candidata a jefa municipal de la alcaldesa es Rocío Jiménez Chávez, quien fuera su suplente en el Congreso del Estado y hasta hace poco su directora de desarrollo social, pero no parece gozar de una imagen propia, por lo que su elección va atada a la candidatura de Lorena al consejo nacional.

La alianza de Ortiz y López Mares lleva de abanderada a una militante veterana, Bertha Muñoz Barroso, quien tendrá en su contra a la maquinaria del gobierno municipal y los recursos de todo tipo con que cuenta.

Pero más allá de la quiniela, lo cierto es que desde el comité estatal del PAN y desde el gobierno del Estado se dejó que esta contienda llegará sin ninguna operación para zanjar diferencias.

No fue como en León, donde la propia gobernadora Libia García operó para desactivar al grupo de ex alcaldes que planteaban competir con su candidato, aunque sin la menor oportunidad por su falta de ascendiente entre el panismo de a pie. De cualquier forma, no se les dejó avanzar.

En el caso de Irapuato solo se realizó una reunión de avenencia, que fue encabezada por la secretaria particular de la mandataria, Alejandra Rivera, sin que se le diera seguimiento por parte del dirigente estatal del PAN, Aldo Márquez.

Tan evidente resulta que la contienda es a navaja abierta, que Lorena Alfaro ya prefirió refugiarse en el CEN del PAN y el jueves pasado se reunió con el presidente Jorge Romero Herrera, posteando ambos la foto respectiva en sus redes sociales.

¿Qué conclusiones extraemos? 

¿Desde Palacio de Gobierno no se ve con malos ojos el frente anti Lorena, sobre todo para frenar su pretensión de heredar la candidatura a la alcaldía a Valeria, su hermana? 

¿Está rebasado Aldo Márquez para contener las pugnas internas en los municipios grandes en manos del PAN?

¿La gobernadora solo eligió León para intervenir por el riesgo que representa Alejandra Gutiérrez?

Futurismo y descontrol no parecen los mejores ingredientes para lo que se avecina.

3.- León, la carrera adelantada

Dos precandidatos del PAN a la alcaldía de León se reunieron en una fiesta de cumpleaños el pasado fin de semana: Jorge Espadas Galván, el festejante; y Jorge Jiménez Lona, uno de los invitados.

La celebración, que se inscribe en una larga tradición panista, puesta de moda por el hoy apóstata Juan Manuel Oliva Ramírez, pretendía de forma nada encubierta ser un episodio más de la abierta precampaña que ya realiza el diputado y coordinador en el Congreso local.

Sin embargo, lo más llamativo de la comilona no fueron las presencias, aunque algunas eran insignes, sino las ausencias: no estuvo la gobernadora Libia García ni prácticamente ninguno de sus colaboradores históricos de mayor confianza.

Personajes como Alejandra Rivera, secretaria particular; Miguel Ángel Mendiola, vocero; Alejandro Sierra, coordinador jurídico; Ivón Padilla, de la Financiera Tú Puedes, o no estaban invitados o no llegaron.

Por lo pronto parece que los intentos individuales por tratar de ganar terreno en una carrera que aún no empieza, no gozan de las simpatías del nuevo alto mando panista.

Será tarea de Antonio Guerrero Horta generar, primero, la garantía de imparcialidad y, después, un cauce para que discurra sin sobresaltos la elección del candidato panista en 2027, la que, como todo lo va indicando, será una contienda en terreno minado.