
Autores:

*Libia y los empresarios: urgencia de cerrar frentes; *Secretario de Salud no ve la tempestad; *Partido Republicano, ex gobernador en la encrucijada
1.- La pipa de la paz cien días después
Justo después de resolver la sucesión en la fiscalía general del estado, no de la mejor manera por cierto, la gobernadora Libia Dennise García decidió retomar de forma directa la interlocución con las cúpulas empresariales de León, de las que se distanció tras la disolución del Fideicomiso para Proyectos de Desarrollo Social y Seguridad (FIDESSEG).
El origen del diferendo fueron los vicios de dos asociaciones conformadas para la gestión y administración del recurso derivado del aumento al impuesto sobre nóminas, algo que debió ameritar auditorías a profundidad y fincamiento de responsabilidades.
No ocurrió así y solo se utilizó la información para buscar el desprestigio generalizado del modelo y de quienes lo manejaron, afectando de paso a las organizaciones que se beneficiaron de manera legítima.
Manifestaciones de inconformidad, debate en los medios, descalificaciones cruzadas y, finalmente, juicios de amparo, fue el camino que condujo a una confrontación inédita entre dos viejos aliados: el gobierno panista de Guanajuato y las cúpulas empresariales, formales e informales, principalmente de León y Celaya.
Desde luego, el conflicto no empezó con la llegada al cargo de la gobernadora Libia García. El diferendo es anterior y tiene que ver con la valoración del rendimiento electoral que se registró en la elección de junio de 2024.
El gran respaldo otorgado a las organizaciones empresariales a través de FIDESSEG y sus asociaciones no fue redituable, si se observa que el PAN perdió municipios como Celaya, donde se encontraba uno de los polos importantes de inversión.
En Irapuato, algunos de los empresarios que capitaneaban el reparto de recursos del fideicomiso se alejaron del PAN en las campañas y tuvieron su propio candidato a través de Movimiento Ciudadano.
Mientras tanto, Morena avanzó en su votación de la mano de los programas sociales, generando una competencia que no se veía desde 2012 con el último intento serio del PRI de competir en Guanajuato. El susto no fue menor si se piensa que Claudia Sheinbaum le ganó la elección a Xóchitl Gálvez en Guanajuato.
Del lado de las organizaciones empresariales, a través de sus brazos en la sociedad civil, también se tuvo la sensación de que el panismo guanajuatense dejó sola a su candidata presidencial y que solo se preocuparon por el rescate de las posiciones locales sin dar la batalla en la campaña nacional.
Esas diferencias, de ninguna manera irreconciliables, dado el éxito histórico de la alianza empresarios - PAN en Guanajuato, fueron llevadas al extremo por actitudes de una beligerancia desmesurada de parte de la secretaria del Nuevo Comienzo, Rosario Corona Amador, quien confundió la firmeza con el desplante.
Como en ocasiones anteriores, Libia García repavimentó el camino que le había erosionado una colaboradora a la que otorgó toda su confianza, primero como coordinadora de campaña y después como la encargada de los programas que pretenden la recuperación electoral de su partido y el reposicionamiento del gobierno.
El nuevo acercamiento con los empresarios se dio por medio de la asociación Unidos por Guanajuato que, por los capitales que ahí se integran y por su activismo abiertamente político, tiene un peso específico mayor que las asociaciones formales del sector.
No se descarta que parte importante de esta operación haya recaído en Mónika Pérez Dorsey, la politóloga asesora del sector privado que se incorporó a la campaña de Libia desde Unigua, pero que había permanecido alejada de los reflectores desde que inició el gobierno.
Tras la primera reunión vino una sesión de trabajo a los pocos días, específicamente con las asociaciones dependientes de FIDESSEG e integrantes de Consejos Coordinadores Empresariales de Celaya, León e Irapuato, donde se reanudó el diálogo, se superaron los agravios y se dejó la puerta abierta a una colaboración bajo el nuevo esquema de respaldo a las organizaciones de la sociedad civil.
En esta oportunidad, Libia Dennise García recibió en Palacio de Gobierno a la comitiva empresarial, sola, sin los lastres de Héctor Salgado, Rosario Corona, ni Alejandro Sierra, los responsables de la idea de extinguir el fideicomiso, de la mala operación para imponer la decisión y del pésimo diseño jurídico que hoy tiene al Gobierno contra las cuerdas en los tribunales, incluso con multas a la propia mandataria y a los diputados que aprobaron el presupuesto 2025.
La reunión dejó satisfechos a los asistentes y convencidos de que se debe construir a futuro sin tratar de restaurar el modelo que ya quedó en ruinas, por errores de todos los involucrados.
Así, tejiendo sin ayuda las amarras que sus colaboradores desataron en equipo, no puede evitarse la sensación de que Libia ha cumplido con ser una buena jefa de su gabinete, pero que éste parece inexistente.

2.- Para qué es el poder sino para aferrarse a los errores
El secretario de Salud de Guanajuato, Gabriel Cortés Alcalá, le ha salido caro al gobierno de Libia Dennise García en sus primeros meses. Sin embargo, el funcionario parece envuelto en un manto de protección que le permite seguir ideando nuevos conflictos para su jefa.
En estos días, Gabriel Cortés se empeña en contratar como directora general de recursos materiales y servicios generales de la Secretaría de Salud en Guanajuato a Ericka Adriana Muñoz Anda, quien fuera la administradora en la clínica del ISSSTE acusada junto con él de presuntos hechos de corrupción que motivaron denuncias en varias instancias.
En enero se había dado un primer movimiento para colocarla en el cargo donde se realizan buena parte de los contratos de servicios y de mantenimiento para todo el sector salud del estado, pero una instrucción superior lo frenó.
El secretario, sin embargo, no ceja en la intención y continúa moviendo sus piezas en el entorno del director del DIF, Juan Carlos Montesinos, para que le permitan hacer el cambio.
Lo delicado del tema es que si logra concretar su movimiento, de inmediato resurgirá de nuevo la cuestión de los malos manejos ocurridos el Hospital del ISSSTE en León y toda la historia añadida, incluyendo el señalamiento de que la negativa a procesar esa denuncia le valió a Gerardo Vázquez Alatriste la posibilidad de acceder a la Fiscalía de Guanajuato.
Habría que ver si el cuarto de guerra de la gobernadora está dispuesta a seguir arrastrando ese tema tras haber logrado sortear la situación con los menores costos posibles.
Por lo pronto, lo que queda claro es que el doctor Cortés Alcalá no tiene ninguna intención de aprender las lecciones de sus primeros días y continúa desafiando su suerte confiado en sus nexos en el primer círculo del gobierno.
Así, en lugar de preocuparse por sostener la publicitada imagen de unos servicios de salud por encima de los de otras entidades e incluso del gobierno federal, el secretario quiere imponer su sello aunque descomponga muchas cosas en el camino.
3.- Oliva llegó al tiempo de las definiciones
Desde hace varios meses, el ex gobernador de Guanajuato Juan Manuel Oliva, quizá uno de los principales constructores de la hegemonía panista en Guanajuato durante los años finales del siglo XX y las primeras décadas del actual, vino jugando con la idea de abandonar el partido que lo llevó al mayor cargo de la política estatal y pasar a convertirse en el constructor de una nueva fuerza partidista a nivel nacional.
Oliva dejó crecer los rumores mientras trataba de volver a influir en el rumbo de la política local. Como no surtía el efecto que buscaba, avanzó un paso más y se dejó ver dando conferencias junto a los promotores del partido político de filiación trumpista “México Repúblicano”.
Interpelado por la dirigencia estatal que encabezan Aldo Márquez y Juana de la Cruz Martínez, esta última cercana colaboradora en su administración como jefa de comunicación, Oliva respondió que solo se trataba de una consultoría profesional pagada, pero que seguía siendo panista.
El juego de señales del ex mandatario, siempre identificado con las corrientes más conservadoras de su partido y un crítico de cualquier rasgo de apertura en el PAN, tampoco inquietó a la gobernadora Libia Dennise García, a quien le pareció que la amenaza latente de su antecesor podía ser más un alivio que un problema.
Sin embargo, el periodo de ambigüedad se termina. El dirigente del partido en ciernes, Juan Iván Peña Néder, acaba de anunciar en sus redes que el INE les otorgó autorización para iniciar el proceso de constitución, lo que implica el arranque de estrategias de proselitismo, recolección de firmas y celebración de asambleas.
Juan Manuel Oliva no podrá seguir jugando con las dos cachuchas, ni con la justificación de que trabajar en construir un partido que si a alguien amenaza con afectar es al PAN, es un simple “trabajo de consultoría”.
Como buen militante de corrientes ultras, sabe bien que no se puede estar, al mismo tiempo, con dios y con el diablo.
15 de febrero de 2025, 15:05
Explora más contenido de este autor
Descubre más artículos y perspectivas únicas
