1.- Briseida Magdaleno o la impertinencia

Que una ex candidata panista fracasada en su intento de ser alcaldesa utilice una infraestructura de educación superior, con un presupuesto anual de casi 28 millones de pesos, para promoverse y mantener una plataforma electoral, no es de extrañar. Lo grave, lo inexplicable, es que desde el gobierno del Estado se le entregue ese botín sin un manual de instrucciones y sin un código de ética.

La designación de Briseida Anabel Magdaleno González como encargada de despacho de la dirección general del Instituto Tecnológico Superior de Abasolo, con un sueldo de 53 mil pesos mensuales, no está exenta de cierto dolo: el carácter de encargada de despacho le permite eludir las obligaciones normativas de ostentar nivel de doctorado en alguna ingeniería y experiencia directiva de seis años en instituciones educativas.

La trampa resulta más evidente cuando la “provisionalidad” formal del cargo otorgado a Magdaleno González no le ha impedido realizar una reestructura total de las instancias de mando en el ITESA, recortando perfiles con antigüedad y carrera para designar a sus acompañantes en la campaña en la que fue derrotada, igual de inexpertos.

Nada de eso podría ocurrir sin el visto bueno de la gobernadora Libia Dennise García Muñoz Ledo, quien extendió el nombramiento de la nueva directora del ITESA. Probablemente, es gracias a ese mismo respaldo que la funcionaria ha decidido emplear todos los recursos a su alcance para mantenerse vigente políticamente, mediante el uso indiscriminado de su imagen en redes sociales y eventos publicitados, pese a que la ley electoral les prohíbe a los servidores públicos esa clase de exposición.

El descaro es tal, que hasta hace pocos días, las cuentas oficiales del ITESA seguían perfiles oficiales del PAN a nivel municipal y estatal. Por si fuera poco, Magdaleno operó abiertamente en la reciente elección de la dirigencia municipal de ese partido en Abasolo, logrando colocar a Saúl Martínez, en la presidencia, además de que un funcionario del ITESA, Rodrigo Rangel, forma parte del nuevo comité.

No es la primera vez, y más bien ha sido un patrón, que las rectorías y direcciones generales de las universidades y tecnológicos del sistema educativo estatal se usen como premios de consolación políticos. 

Sin embargo, lo delicado de este caso es que Briseida Magdaleno fue designada en una institución del mismo municipio por el cual contendió y perdió, lo que evidentemente complica la coordinación y mantiene un estado de beligerancia entre el ITESA y la alcaldía.

Pero en el colmo de las contradicciones, la solución parece estar siendo contraproducente incluso para las propias intenciones de la también exdiputada, quien perdió la elección, entre otras cosas, por su marcado divisionismo con otras corrientes panistas. 

Su actitud en el ITESA, la prepotencia con la que se efectuaron los despidos, los pésimos perfiles de los nuevos funcionarios y en general la arrogancia con la que se comporta, le está restando simpatías de forma apresurada. 

Lo grave es que la equivocada decisión, que muy probablemente partió de la influencia que ejerce en el gabinete la Secretaría del Nuevo Comienzo, Rosario Corona, amiga y protectora de Briseida Magdaleno desde que esta fue dirigente juvenil del PAN, está poniendo en riesgo el proceso de maduración del organismo educativo, una de las pocas opciones de nivel superior con carácter gratuito en la región.

Parece una enorme falta de respeto para los estudiantes del ITESA, para sus profesores, para quienes arrancaron este proyecto y lograron su arraigo y permanencia, pero sobre todo para los ciudadanos de Abasolo, que se subordine un objetivo educativo a la coyuntura política y al amiguismo entre los nuevos poderosos. No parece un nuevo comienzo ni tampoco una decisión que valore “a la gente” 

Si en verdad se trata de solo un “encargo temporal”, va siendo hora de que la Secretaría de Educación, a cargo de Luis Ignacio Sánchez Gómez, tome cartas en el asunto y contribuya a corregir una decisión que ya está causando estragos en varios terrenos: el educativo, el político y, de no enmendarse, hasta en lo social.

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2.- Acción Nacional: la radiografía electoral

Más allá de la politología de bolsillo y de las discusiones de café, una elección de cualquier tipo, donde se someten decisiones a la participación de personas en forma masiva, revela el verdadero estado de las cosas en una institución.

La reciente renovación de dirigencias municipales y la elección de candidatos a consejeros estatales y nacionales del PAN, revela con nitidez el momento de crisis que vive este partido político en Guanajuato, uno de los estados donde aún conserva hegemonía y ha resistido la ola de Morena las pasadas tres elecciones.

Primero que nada hay que decir que ni el partido ni su dirigencia salen bien librados de la prueba. Si bien el dirigente estatal Aldo Márquez tiene el mérito de reabrir las contiendas internas frente a la herencia recibida de acuerdos cupulares en los últimos dos sexenios, en su haber queda una ausencia para establecer reglas del juego y para realizar un efectivo arbitraje que convirtiera al proceso y sus resultados en un mecanismo de sanación y no de fragmentación.

El PAN que emerge de las contiendas ha profundizado sus grietas. Los candidatos únicos en una treintena de municipios no fueron de unidad: representan la concentración de poder de grupos que han desplazado a sus contrincantes internos, a menudo con el apoyo de posiciones de poder públicas. 

En los municipios en que se registraron contiendas hay quejas de empleo de recursos públicos ahí, donde ganaron los alcaldes; donde perdieron, como en San Luis de la Paz o en Purísima del Rincón, se prefigura ingobernabilidad. En ambos casos se prevé encono en los procesos para elegir a los próximos candidatos.

No son, desde luego, circunstancias ajenas a ningún partido político y menos aún cuando se tiene el poder. Sin embargo, lo que agudizó resentimientos fue la nula operación desde el comité estatal para arbitrar, imponer juego limpio y no intervenir en favor de alguno de los contendientes.

En Silao la tragedia es peor: no hubo el menor incentivo para encabezar un comité municipal y no se presentaron candidatos. En otros municipios los aspirantes llegaron sin competencia, pero lo complicado será que puedan hacer algo sin recursos, con padrones desactualizados y con expectativas muy pobres de incidir en la política local.

La impresión general es que hay un PAN desvencijado, con un tejido deteriorado que,  dónde funciona, lo hace por el pragmatismo de caciques locales, como el caso de Guanajuato capital; o ligado a proyectos de continuidad, como en Irapuato.

Por si algo faltara habrá litigios para impugnar resultados, como en Pénjamo, donde decisiones del comité estatal eliminaron a un contendiente con posibilidades, el exalcalde Juan José García López, con el pretexto del adeudo de cuotas por varios años, no obstante que fue alcalde entre 2015 y 2021. El ganador, Miguel Herrera, se identifica con el grupo de Gregorio Mendoza, exalcalde que perdió su reelección, y por esa vía con el dirigente estatal Aldo Márquez.

Que el PAN no aproveche un proceso de renovación para consolidar su unidad y relanzar su proyecto después del letargo que significó el sexenio dieguista, debería ser un síntoma preocupante. 

No parecen verlo así desde su dirigencia en la que se mantiene el discurso de que la jornada del domingo pasado fue “una fiesta democrática”. Veremos si ese optimismo se sostiene.

3.- Tarjeta Rosa enredada

La secretaria del Nuevo Comienzo, Rosario Corona Amador, ha sido una de las funcionarias más apoyadas en la administración de Libia García. Sus 5 mil 300 millones de pesos de presupuesto anual solo la colocan debajo de los rubros educativos y de seguridad y paz. Sus decisiones políticas han sido respetadas, pues es la única que ha relevado a los 3 subsecretarios con los que empezó el gobierno. 

El programa estrella del sexenio, Aliadas, destinado a las mujeres y que se busca universalizar, ha recibido recursos provenientes de prácticamente todas las dependencias. 

Allí se incluye la Tarjeta Rosa para mujeres de entre 25 y 45 años de edad, que reparte 6 mil pesos anuales en dotaciones bimestrales y de la que se han entregado 580 mil plásticos y se desarrolló una aplicación para activarlo.

Sin embargo, las cosas no acaban de funcionar como quisiera la gobernadora, que ha convertido al programa Aliadas en su principal emblema y la marca de la administración.

Por ejemplo, el convenio firmado con la empresa Edenred México Fintech para la manufactura de tarjetas y la dispersión de fondos está a punto de colapsar por las complicaciones de activación de las cuentas. 

De acuerdo con el convenio firmado en enero de 2025, todavía por la subsecretaria Marisol Hernández, el proveedor cobró 26 pesos por cada tarjeta y por las reposiciones que hicieran falta. El monto que alcanza este concepto es de 15 millones ochenta mil pesos. Por la dispersión, la empresa aplicó una comisión de 0.575 por ciento, que significan otros 20 millones diez mil pesos.

Edenred es una empresa dedicada sobre todo al pago de prestaciones corporativas como vales de despensa y tarjetas de control de consumo de combustible. Su historial con el gobierno del estado surgió por ese tipo de servicios a la Secretaría de Finanzas que dirige Héctor Salgado Banda. 

Pero, por alguna razón, ya se discute la posibilidad de su sustitución, probablemente al terminar el convenio de 2025. El relevo natural sería BBVA, la institución bancaria que también lleva una magnífica relación con Salgado Banda, a grado tal que ha monopolizado el otorgamiento de créditos al gobierno estatal desde que él ocupa la cartera.

El tema no es menor, se trata de una bolsa de casi 3 mil quinientos millones de pesos que debe dar resultados en términos del propio programa y de su rentabilidad política. Así que, si había margen de error y curva de aprendizaje, ambos ya se agotaron.