1.- La gobernadora marca el paso a un gabinete distraído

La presentación de un preinforme de gobierno que conmemora la inminencia del primer año de mandato de Libia Dennise García, con toda la parafernalia de mercadotecnia que se ha convertido en el sello de los gobiernos panistas desde Juan Manuel Oliva, fue precedida por intensas semanas de actividad política personal por parte de la gobernadora, para apagar fuegos y despejar conflictos en el horizonte.

A diferencia de su antecesor, Diego Sinhue Rodríguez, político descuidado y frívolo que dejaba el gobierno en segundas manos y se cubría de las críticas regalando miles de millones a empresarios, partidos de oposición, medios de comunicación y asociaciones civiles, Libia ha reorientado su práctica para decantarse por la interlocución directa y la construcción de acuerdos.

El cambio de estilo ha dado frutos. Veamos.

Proyectos urgentes y estratégicos pactados con el gobierno federal y con la presidenta Claudia Sheinbaum, en materia de seguridad, agua y movilidad, constituyeron el corazón de su preinforme de esta semana.

Las confrontaciones con los empresarios soliviantados porque se les levantó la canasta, han disminuido al mínimo. No todos los implicados arroparon a la mandataria en su evento, pero su belicosidad ha sido depuesta.

Una incipiente rebelión de cierto panismo leonés, anacrónico y soberbio, encabezada por los exalcaldes y cobijada por la alcaldesa Alejandra Gutiérrez, fue sofocada por Libia con una reunión para escucharlos. Ahí mismo Jorge Carlos Obregón dejó claro que no tenía intenciones de competir por el comité municipal y en la confrontación quedó solo Luis Ernesto Ayala, quien parece no perdonarle a Libia el haberlo sustituido en la Secretaría de Gobierno y poner en evidencia su deficiente desempeño.

Sin embargo, los avances no dan para cantar victoria. 

En los acuerdos con el gobierno federal está por verse la operatividad estatal para que fluyan los proyectos y la inversión. Ahí es donde habrá que ver el desempeño de los integrantes del gabinete de Libia, todos muy por detrás del ritmo de su jefa. 

¿Estará a tiempo la tecnificación del distrito de riego 011? ¿Cumplirán su encomienda la secretaria del Campo Marisol Suárez y el del Agua, José Lara? ¿La adquisición del derecho de vía para el ramal del tren a León podrá lograrlo a tiempo el secretario de Obra Juan Pablo Pérez?

Y aunque la gobernadora hizo hincapié en que los buenos resultados de la colaboración con el gobierno federal no corresponden a “acuerdos políticos oscuros”, dando con ello respuesta a cierta maledicencia que surge sobre todo en militantes y votantes del PAN, lo cierto es que lo conseguido hasta ahora aún tiene que aterrizarse.

La colaboración con el empresariado viene por otro carril. Lo cierto es que la mayoría de los liderazgos de cámaras, consejos y asociaciones corresponde a varones que tuvieron una relación de lo más cómoda con Sinhue, rayando en algunos casos en la complicidad, bien regada en comilonas y en aficiones comunes: razers, fiesta brava, caballos. 

Hoy se les ha complicado el escenario, en buena medida por la incomprensión del nuevo momento, donde no parece estar ausente cierta misoginia, por lo que tendrán que aplicarse para tratar de entender que los tiempos están cambiando.

Queda claro, quizá no para ellos pero sí para la sociedad, que buena parte de los recursos recibidos, vía subsidios directos o a través de dineros para programas sociales, fueron aplicados de forma deficiente y en algunos casos con venalidad, por lo que ellos mismos vulneraron la continuidad de esos respaldos.

Pero más allá de la comprensión de los líderes empresariales, que lamentablemente cada vez representan menos a la sociedad y más a sus intereses de corto plazo, lo cierto es que esa batalla por conservar el manejo de dinero público, ya la perdieron.

Ahora falta que desde las áreas del gabinete que interactúan con el sector productivo, donde se forman Cristina Villaseñor de Economía, Guadalupe Robles de Turismo y Luis Rojas de Cofoce, se apliquen en los diversos servicios y programas de sus dependencias, más allá del cultivo de apariencias en redes sociales y boletines de prensa. Lo que está en juego no es su prestigio personal, sino los resultados de un gobierno. 

Villaseñor tiene en sus manos, además, la responsabilidad de avanzar en la concreción de la Puerta Logística del Bajío, un proyecto para detonar un nuevo espacio de desarrollo industrial y de servicios en Celaya, aprovechando el Plan México del gobierno federal.

Y, finalmente, en el área de la política-política, hace falta una mayor capacidad de anticipación de Jorge Jiménez Lona, quien también tendría que estar menos en las labores de lucimiento y más en el diálogo con toda clase de actores. Opera en contra de todas sus pretensiones de crecimiento político, el que sea la gobernadora quien deba poner la cara ante los conflictos y atender la conciliación.

En ausencia de un jefe de gabinete, definición establecida desde el arranque por Libia García como forma de deslinde con Diego Sinhue, las funciones de esa figura debe asumirlas Jiménez Lona, quien tendría que entender que se trata más de una enorme oportunidad y no solamente de una sobrecarga de trabajo. Hasta ahora, no ha ocurrido. 

El estilo de gestión de Libia, radicalmente distinto al de Sinhue, no puede caer en absorber todos los pendientes y todas las agendas, subsidiando con ello a un gabinete instalado en la comodidad y el lucimiento. Además, ni siquiera es viable, dada la complejidad del momento y el contexto.

Menciones aparte merecen personajes como Mauro González y Luis Ignacio Sánchez, secretarios de Seguridad y de Educación, a quienes empata su alejamiento de los reflectores y su concentración en dar resultados, aunque en ambos rubros apenas se ha arrancado ante el fuerte rezago del pasado.

El secretario de Finanzas, Héctor Salgado Banda, residuo de dos pasados tormentosos: el de Miguel Márquez y el de Diego Sinhue, seguirá siendo un foco rojo en la administración. Su vinculación con el operador económico de Márquez, Rafael Barba, no puede ser pasada por alto y tampoco su participación en proyectos altamente cuestionables, casi todos ellos utilizando las reservas del ISSEG como caja chica de aventuras financieras que se han evidenciado como fallidas. Quizá por ello, en el evento de esta semana, brilló por su ausencia.

El balance a unas semanas de su primer año de gobierno no es desfavorable para la primera mujer gobernadora, pero aún no es tiempo de festejos. Esto apenas comienza.

2.- Desapariciones, relegadas en la política oficial

Esta semana, en la que se registraron diversas actividades para conmemorar el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, de nueva cuenta volvió a quedar clara la enorme falta de compromiso de las autoridades de gobierno en todos sus niveles, con la lucha de los colectivos de familiares de personas desaparecidas.

En la presentación del Laboratorio de Resistencias contra las Desapariciones, un esfuerzo académico y de incidencia social de la Universidad Iberoamericana de León, integrantes de las colectivas y familiares de víctimas como los maestros Javier Barajas y María del Tránsito Piña, dejaron en claro que el esfuerzo de búsqueda y la investigación que realizan las organizaciones sigue generando resistencias en las instituciones públicas.

Eso ocurre, no obstante, el compromiso explícito y abierto que la gobernadora Libia Dennise García ha mostrado para respetar y respaldar el trabajo de las colectivas y sus integrantes, desde antes de asumir el cargo. 

Sin embargo, ese compromiso parece empezar a relegarse. Las luchas de las organizaciones para encontrar a sus desaparecidos y para honrar su memoria no mereció una mención en el evento “El Momento de la Gente”, realizado dos días antes del 30 de agosto, la fecha establecida por las Naciones Unidas para visibilizar esta grave violación de derechos humanos y pugnar por su erradicación.

Si bien no se regatea el avance que significa la reducción de los homicidios dolosos en casi un cincuenta por ciento en lo que va de la administración, el problema de las desapariciones forzadas persiste y no se puede bajar la guardia ni la exigencia para que desde el estado se trabaje en prevenirlas. 

Desde Amnistía Internacional México se realizó esta misma semana un fuerte llamado a la Fiscalía General del Estado de Guanajuato, donde la gestión de Gerardo Vázquez Alatriste mantiene un estilo de comunicación confuso y revictimizante de las familias de personas desaparecidas, al igual que ocurría durante la época de Carlos Zamarripa. 

Este sábado, en diversas ciudades del estado, las organizaciones de búsqueda y los familiares de víctimas de desaparición forzada se manifestaron en una jornada de conmemoración, pero también de lucha y de protesta frente a lo que nunca debió de suceder. El reclamo hacia el estado persiste: el problema no está resuelto y la empatía no debe quedarse en los discursos.

3.- Jorge Espadas juega con fuego

La maniobra que hace pocos meses se realizó en el Congreso del Estado para que grupos ultraconservadores cercanos a la jerarquía católica se apoderaran de la explanada y las tribunas del Salón de Plenos para respaldar la no despenalización del aborto, se le está revirtiendo al coordinador de los legisladores del PAN, Jorge Espadas Galván.

Esta semana, unos cuantos jóvenes de estas organizaciones radicales aparecieron en el Congreso de Libertad Religiosa, realizado en León, para interrumpir de manera abrupta el discurso de la gobernadora Libia Dennise García en protesta por un anunciado programa piloto de educación sexual en algunas primarias del estado.

Lo paradójico fue que mientras desplegaban una manta y exigían diálogo, el vocero de los manifestantes volteó a ver a Espadas, sentado en primera fila y lo puso como ejemplo ante Libia de interlocutor válido a causa del respaldo recibido para frenar la iniciativa sobre la interrupción legal del embarazo.

¿En serio, Espadas está jugándole las contras a Libia García en esta materia? ¿Que acaso el legislador no ocupó el liderazgo del grupo gracias al pleno respaldo de la mandataria? ¿No está buscando Espadas ser el candidato a la alcaldía de León, proyecto que lo tiene haciendo proselitismo en todos sus ratos libres y también los ocupados? ¿No requeriría para esa aventura del respaldo total de la gobernadora?

Si Espadas está planteando un doble discurso, el tema se le puede complicar, pues con alguien quedará mal tarde o temprano.

Pero, incluso, si se trata de un papel de policía bueno y policía malo dentro del partido gobernante, también les puede estallar el problema entre las manos, al estar utilizando en su maniobra a grupos radicalizados que no entienden de medias tintas.

También queda la posibilidad de que no haya plan y todo sea producto del oportunismo de las circunstancias, pero eso también traerá consecuencias, como veremos más pronto que tarde.