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Educación se volvió un lujo: 100 mil alumnos fuera de las aulas en Guanajuato
Plantea el Estado estrategia para combatir la deserción estudiantil, pero omiten la causal económica; más allá de la pandemia, se multiplican factores que impulsan a niñas, niños y jóvenes a dejar la escuela
Con un programa millonario, denominado Pacto Social por la Educación, autoridades de Guanajuato se plantean el reto de regresar a las aulas a 80 mil alumnos que habrían abandonado la escuela entre 2020 y 2022, pero sin reconocer una de las causas más claras de la deserción escolar: la pobreza.
De manera oficial, autoridades educativas reconocen que hay 74 mil estudiantes que dejaron la escuela hasta 2022, pero en el protocolo del Pacto por la Educación señalan que la deserción escolar podría haber alcanzando hasta 100 mil alumnos guanajuatenses. Guanajuato ocupa el tercer lugar nacional en abandono escolar, sólo por debajo de Chiapas y Michoacán.
El trayecto para llegar a esta cifra, no es atribuible sólo a la pandemia, aseguran expertos. Ya antes del confinamiento, en 2019, había al menos 65 mil estudiantes fuera del sistema escolar. Esto significa que el COVID-19 sólo profundizó una problemática que por años han padecido las infancias y juventudes en Guanajuato.
Para expertos en materia educativa, la estrategia tiene buenas intenciones, pero consideran que para que funcione deben atenderse prioritariamente sus causas, como la pobreza que, según CONEVAL, creció en el estado al menos un punto porcentual, entre 2018 y 2020.
En su estrategia, la Secretaría de Educación tiene identificadas cinco causas del abandono escolar: rezago académico, falta de apoyo familiar en la vida escolar, falta de prevención de conductas de riesgo, bajo interés por el estudio al considerar que es poco redituable y en el caso de los varones la cultura de que debe ser proveedor. Sin embargo, no se mencionan las carencias económicas.
En contraste, el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), en la Encuesta para la Medición del Impacto COVID-19 en la Educación (ECOVID-ED) 2020, destacó que por falta de dinero o motivos asociados al virus no se inscribieron 5.2 millones de personas en México de 3 a 29 años, al ciclo escolar 2020-2021.
El secretario de Educación, Jorge Enrique Hernández Meza aseguró que ya han regresado a las aulas al menos 13 mil alumnos que las habían abandonado, pero el rezago académico de año y medio de la población estudiantil enciende las alarmas de que más estudiantes puedan dejar la escuela, desmotivados por no contar con los aprendizajes de acuerdo al nivel escolar que les corresponde.
Querer y no poder: precariedad orilla a José Diego a dejar la escuela
Cuando la pandemia comenzó, José Diego se encontraba estudiando la preparatoria. Su proyecto de vida era continuar con una carrera universitaria y tenía los ojos puestos en el área de la comunicación, pero sus planes se vieron interrumpidos.
Actualmente el joven tiene 20 años, terminó el nivel medio superior en una escuela privada en León, pero por motivos económicos ya no pudo seguir estudiando, aunque era su deseo continuar la escuela.
“Yo fui de los graduados en línea, yo creo que fui de la primera generación graduada en línea y después de esto la economía se viene abajo, más en lo particular el negocio familiar en el sector peletero y a los transportes… y pues eso imposibilita que personas como yo puedan seguir sus estudios, porque ya la educación después de la pandemia se volvió un lujo, al menos en mi caso”.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Educación, los estudiantes que abandonaron la escuela en el tránsito del ciclo 2020-2021 y en lo que va del ciclo escolar 2021-2022 en nivel media superior fueron 37 mil 987. Este nivel es el que registra mayor abandono.
Le sigue a este el nivel secundaria con 12 mil 589 alumnos que dejaron la escuela,11 mil 623 en educación superior y 8 mil 223 en primaria. Guanajuato tiene una matrícula de un millón 701 mil 26 estudiantes. De estos, un millón 287 mil 115 son de nivel básico, 236 mil 353 de nivel media superior y 210 mil 061 de nivel superior.
José Diego habló con sus padres y junto con ellos llegó a la conclusión de que no podía continuar sus estudios de licenciatura. Sin embargo, antes intentó acceder a una beca del Gobierno Federal o cualquier apoyo del Gobierno del Estado, pero en ambos casos se le negó la ayuda.
“Lo hablé con mi papá y básicamente fue a la conclusión a la que llegamos, que lo mejor ahora era no seguir con mis estudios y echarle la mano con el negocio familiar, en la casa, en lo que se pudiera y actualmente seguimos en eso”, recordó el joven.
José Diego explicó que conseguir una beca ha sido complicado porque en todos los casos le han pedido documentos que comprueben que actualmente él está estudiando y no cuenta con ellos: él requiere el apoyo para retomar sus actividades académicas.
A pesar de que se le cerraron las puertas, José Diego contempla la alternativa de encontrar un trabajo de medio tiempo, para estudiar y trabajar, pues quiere seguir apoyando a que su familia se recupere económicamente, pero también quiere obtener un título universitario.
“Me tocó mala suerte de no agarrar ningún apoyo o un trabajo porque tengo amigos que sí lo hicieron, otros que no, pero afortunadamente no dejé de cultivarme o de aprender, estuve tomando talleres para tener formación en lo que veo cómo obtener mi licenciatura y he aprendido bastante”.
Cifras variables, advierten falsedad
Las cifras reconocidas por autoridades estatales, relacionadas con abandono escolar, señalan que poco más de 70 mil niñas, niños y adolescentes dejaron la escuela entre los ciclos escolares 2020-2021 y 2021-2022.
Sin embargo, diputados locales aseguraron durante la glosa del Informe de Gobierno que son más de 80 mil los afectados y la misma Secretaría de Educación, reconoce en el protocolo del Pacto Social por la Educación que los afectados podrían ser hasta 100 mil estudiantes.
De acuerdo con este documento, de 10 estudiantes que ingresaron a primaria en el ciclo escolar 2009-2010, sólo ocho lograron egresar de secundaria, esto en el ciclo 2017-2018.
Para 2020-2021, en promedio, cuatro estudiantes más abandonaron sus estudios antes de ingresar a preparatoria, es decir sólo siguieron cuatro de los 10 que iniciaron la educación básica.
Y de estos cuatro alumnos, sólo tres llegaron a nivel superior en el 2021, lo que significa que en el camino, siete estudiantes abandonaron la escuela y no pudieron concluir una carrera profesional.
Según la estrategia, en 19 municipios se concentra el abandono escolar, aunque los que presentan mayor problemática son: León, Irapuato, Celaya, Dolores Hidalgo, Purísima del Rincón, Cortazar y Guanajuato.
La última medición del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval 2020) refiere que Guanajuato es la tercera entidad con más deserción escolar.
Además registró un incremento en el rezago educativo de 22.2 % a 23.2 %, lo que significó un incremento de un millón 350 personas a un millón 437 con carencias educativas. El rezago educativo es uno de los seis rubros que considera Coneval para estimar las condiciones de pobreza de estados y municipios.
De acuerdo con los resultados de 2020, la pobreza en Guanajuato incrementó de 41.5 % en 2018 a 42.7 % en 2020, con lo que se sumaron 129 mil 900 personas a condiciones de precariedad.
Inversión millonaria, omisión de la realidad
El programa planeado por el Gobierno del Estado para combatir el rezago educativo tiene cuatro objetivos: recuperar aprendizajes, que todos vayan a la escuela, reconocimiento de la figura del docente y formación de padres y madres del siglo XXI.
En estas acciones específicas se prevé una inversión de 400 millones de pesos, más 600 millones de pesos en infraestructura educativa; en total mil millones de pesos para el Pacto Social. En su lanzamiento, el Banco Mundial anunció que invertirá fondos y el programa de Educación de la UNESCO México, dijo acompañará con asesoría.
La estrategia, lanzada por el gobernador Diego Sinhue Rodríguez Vallejo en un evento multitudinario, el pasado primero de junio, contempla la incorporación de visores, personas que detecten niños y jóvenes que han abandonado la escuela para que promuevan su reincorporación y le den seguimiento.
Además prevé la colaboración de autoridades municipales y de la iniciativa privada, según el secretario de Educación, Jorge Hernández Meza.
Para el funcionario, el abandono escolar no es problema de falta de espacios, ni de personal docente o de modelos educativos, todo lo reduce a un asunto cultural, “se normaliza que alguien en edad escolar, no lo esté (en la escuela)”.
El análisis de la Secretaría de Educación identifica cinco causas del abandono escolar: rezago académico, falta de apoyo familiar en la vida escolar, falta de prevención de conductas de riesgo, bajo interés por el estudio al considerar que es poco redituable y en el caso de los varones la cultura de que debe ser proveedor.
La estrategia deja fuera causas económicas, violencia familiar o salud mental, situaciones que expertos tenían detectadas antes de la pandemia y que se profundizaron aún más en los últimos dos años.
“En los dos años que estuvimos de pandemia, si uno quiere revisar los números, parecen muy normales, muy parecidos al resto de los años, si tú revisas ordenadamente la estadística porque ahorita traemos una cifra de 75 mil, 74 mil y esos números son variables porque la vamos midiendo permanentemente”.
“¿Qué pasa cuando regresamos ya de manera física (a las aulas)?, que ya era obligado que se presentaran a la escuela, que los números develaron la realidad y es donde encontramos las cifras que han rondado, 60, 70, 80 mil es un flujo de entradas y salidas y que sí hay un número ligeramente mayor, porque si tú valoras lo que había en 2019, había 65 mil también”, detalló el secretario de Educación.
Las cuentas de la Secretaría de Educación apuntan a que la pandemia generó de 10 mil a 12 mil casos más de abandono escolar y además un atraso en los aprendizajes de por lo menos un año y medio. Sin embargo, Jorge Hernández presumió que de la cifra total, se ha logrado el regreso a las aulas de por lo menos 13 mil alumnos.
El funcionario trató de explicar las variaciones en las cifras por el contacto que se tuvo con los estudiantes durante el período de confinamiento y que fue catalogado como permanente, para quienes sí accedían a clases diariamente y de forma intermitente o nula para quienes fueron irregulares en su práctica escolar.
Como causas de abandono, refirió el atraso en los aprendizajes y el trabajo infantil, en el que por cierto, lamentó que Guanajuato ocupa los primeros lugares, pero evitó referirse a la situación de pobreza como un detonador de relevancia.
Motivos económicos, fundamentales para abandono escolar
En cambio, el coordinador de Tejiendo Redes Infancia en América Latina y el Caribe, Juan Martín Pérez García, resaltó que de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Geografía y Estadística 5.2 millones de niñas, niños y jóvenes abandonaron la escuela, pero la mitad de este número lo hizo por motivos económicos. Una parte importante también lo hizo por dificultades de acceso a la escuela.
“Es central que los factores económicos influyeron en la violencia familiar, influyeron en las separaciones, influyeron en que niñas y niños tuvieran que entrar a trabajar y con lo que explicaba de los temas de salud mental, pérdida de sentido de vida, la escuela no era un lugar atractivo”, detalló.
El experto aseguró que los segmentos más afectados fueron mujeres adolescentes y varones en la misma edad, pues fue en ellos que los padres descargaron responsabilidades al volver a las actividades presenciales.
“A las adolescentes se les cargaron las tareas de cuidado cuando se regresó a la actividad presencial de carácter laboral; sobre todo en las industrias y demás y las escuelas seguían cerradas se tuvieron que quedar a cargo las chicas adolescentes, no solamente de cuidar a los hermanitos que hicieran la tarea, sino también comida; fueron las primeras que abandonaron el sistema educativo”.
“Los varones se involucraron más en temas de carácter laboral, de sobrevivencia familiar. Nosotros alertamos, esta condición de desprotección que he descrito en el caso concreto de los hombres o de los niños adolescentes hombres también se vio reflejada en participación de hechos criminales a través del reclutamiento, ya que los usaron de halcones o para obtener información. Esto, reitero, es una cosa que no hay dato oficial, pero se puede ver reflejado en las notas de prensa, en los hechos en los que se menciona la participación de adolescentes”, añadió el experto.
Mariana, una joven estudiante de preparatoria, quien contó su testimonio durante la presentación del Pacto Social por la Educación, es el ejemplo de cómo las adolescentes mujeres tuvieron que asumir las responsabilidades del hogar.
La joven abandonó la escuela para dedicarse al cuidado de un hermano menor con discapacidad, porque sus padres tenían que trabajar para garantizar el sostenimiento familiar.
“Mis papás trabajan, ambos, y alguien tenía que estar con él (hermano) y la única era yo, por eso fue el motivo por el que dejé de estudiar”, contó Mariana. Ella recibió el apoyo de su maestra para regresar a la escuela, pero 37 mil jóvenes de preparatoria no han podido hacerlo.
Niños y jóvenes trabajan para subsistir y comprar útiles escolares
Los resultados de la más reciente encuesta relacionada con trabajo infantil en México, reveló que niñas, niños y adolescentes trabajan en general para obtener medios de subsistencia para transportarse a la escuela, comprar útiles escolares, cubrir necesidades personales y contribuir con sus familias.
“La precarización de las economías hace que haya un apremio por acudir hacia el trabajo infantil y además también sabemos que los niveles de desigualdad en Guanajuato y en general en el país son muy graves”, afirmó la directora Ejecutiva de la Red por los Derechos de la Infancia en México, Tania Ramírez.
Destacó que la relación entre deserción escolar y trabajo están claramente vistas y estudiadas; sin embargo, pidió distinguir el trabajo con fines sociales, comunitarios, de pertenencia e inclusión de niños y niñas y el trabajo explotado.
“La relación no está únicamente en castigar el trabajo infantil, sino que los esfuerzos tienen que ir destinados a la generación de condiciones mínimas de subsistencia para estas familias; si hay techo garantizado, si hay una comida caliente garantizada, si hay tres comidas garantizadas es prácticamente seguro que esa niña, ese niño en ese hogar va a poder ir a la escuela”.
“...si las condiciones de subsistencia no están dadas, cómo podríamos exigirle a esas familias que se hagan cargo de mantener a niñas y a niños en las escuelas, cuando muchas veces estas madres, estas familias no tienen un trabajo establecido, no tiene prestaciones, no tiene guarderías, no hay primarias públicas que se puedan adecuar a sus necesidades a veces con pertenencia cultural y lingüística, entonces recargar la responsabilidad en la familias por su pobreza y pueden ser criminalizadas”, dijo.
Tania Ramírez explicó que de acuerdo con datos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF, por sus siglas en inglés) por cada punto porcentual que se incrementa la pobreza en un país o un estado, incrementa en relación de uno a uno el trabajo infantil.
“En realidad las problemáticas que vive la niñez son diversas y eso también arroja por distintas causales a niñas y niños a abandonar los entornos escolares, claramente la pandemia, claramente la precarización en los trabajos de las familias y las necesidades económicas”, enfatizó.
Sin embargo, la directora de REDIM también pidió visibilizar el desplazamiento de las familias como una causal de abandono escolar, así como la brecha tecnológica que durante la pandemia se hizo visible y causa la salida de las aulas de muchos infantes.
“En Guanajuato hay que observalo, hay familias que están teniendo que dejar sus casas, sus viviendas, sus entornos por amenazas de la delincuencia, del crimen organizado, entonces el desplazamiento por violencia está como uno de los factores de abandono escolar”, añadió.
Daña confinamiento salud mental de estudiantes
Juan Martín Pérez García, de Tejiendo Redes Infancia en América Latina y el Caribe, evidenció las afectaciones en la salud mental y física de niños, niñas y adolescentes.
Destacó que a nivel físico, autoridades de salud reportaron un incremento de la población que padece obesidad al pasar de 32 % a 40 % en los últimos dos años.
Resaltó además que la exposición que tuvieron a la violencia en el hogar repercutió en la salud mental de muchos infantes, generando cada vez más reportes de ansiedad y ideación suicida.
“Las niñas y niños empiezan a tener más dificultades para ubicar el sentido de vida, sobre todo en la etapa adolescente… es importante contextualizar que el confinamiento también estuvo acompañado de un incremento de violencia familiar, la Secretaría de Gobernación reportó un incremento de 100 %”, resaltó.
Jorge (nombre ficticio) estudiaba ingeniería cuando comenzó la pandemia. Su escuela cerró y todos los alumnos tuvieron que continuar con los estudios en casa; fue ahí cuando comenzaron sus problemas de depresión.
Los estudios se empezaron a complicar porque el nivel de complejidad de la licenciatura era demandante y él estaba teniendo problemas con su aprendizaje debido a la modalidad. Comenzó a extrañar también la socialización con su novia y amigos y la crisis se hizo más profunda, recordó su madre.
El joven tuvo que recurrir a atención psiquiátrica y medicamentos, pero antes de ese proceso decidió dejar la escuela y pensó en no volver. Sin embargo, la terapia y el apoyo familiar le hizo sanar y Jorge volvió a la escuela para terminar sus estudios.
Con el regreso a las aulas, hay reportes de incrementos en los niveles de ansiedad de los alumnos e intentos de quitarse la vida, causados por factores emocionales, pero también por la presión de la actividad académica.
La tasa de suicidios por cada 100 mil habitantes coloca a Guanajuato en el séptimo lugar con más casos, esto de acuerdo con estadísticas del INEGI.
La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) de 2018, evidenció que de la población de 10 años y más, 5 % declaró que alguna vez ha pensado en suicidarse; esto ocurre en 4 % de los hombres y en 6 % de las mujeres. La idea suicida está más presente en niñas y adolescentes de 10 a 19 años.
En Guanajuato en 2020 se registraron 18 suicidios de niños y niñas de entre 10 y 14 años y 72 casos más de jóvenes entre 15 y 19 años de edad.
Colapso educativo, un riesgo latente
Para el secretario de Educación, Jorge Enrique Hernández Meza, el riesgo de colapso en el sistema educativo es latente si no se atiende el rezago porque hay alumnos que actualmente no tienen los conocimientos necesarios para el nivel escolar en que se encuentran.
Y es que aseguró que este rezago podría generar el abandono escolar de más alumnos si no se regularizan. La SEG implementó la prueba RIMA (Recopilación de Información para la Mejora de los Aprendizajes) para medir el nivel de atraso y con base en esto considerar la atención de los alumnos.
Ernesto Pérez Castro, vicepresidente de la Federación de Escuelas Particulares de León y ex presidente del Consejo de Participación Social de León, se refirió a la complejidad del fenómeno del abandono escolar, pero resaltó la necesidad de cambios al modelo educativo para que aporten un valor a la trayectoria formativa de los estudiantes.
“Lo venimos arrastrando desde hace tiempo, el fenómeno del abandono escolar es un fenómeno multifactorial, multidimensional, es imposible explicarlo desde una sola variable. Es real que la pandemia lo acentuó mucho, eso no se puede negar; es decir, sí hay un impacto en causas y factores que ya conocíamos y que se complejizaron o se profundizaron a raíz de estos dos años que han tenido impacto tanto en los factores externos, ejemplos: la situación económica, el escenario laboral, la violencia intrafamiliar”, señaló.
Consideró que el Pacto por la Educación tiene buenas intenciones, pero dijo que no solo se trata de llevar a niñas, niños y adolescentes a la escuela, sino lograr que ellos consideren el valor de seguir estudiando.
Además se debe garantizar para las familias en Guanajuato un escenario económico que aporte mayor seguridad.
“Esto no es algo que hoy sucedió, lo que pasa es algo a lo que le hemos dado largas, no le hemos dado el valor que tiene, esta importancia de generar vínculos significativos en las escuelas… esto tenemos muchos años señalándolo quienes estudiamos el fenómeno educativo. Es como un bote que hemos ido pateando, lo hemos ido postergando por muchos años y la pandemia nos lo hace explotar en las narices”.
El especialista pidió poner atención en el abandono en nivel medio superior, pero también en los pequeños que no ingresaron a preescolar, ya que en el nivel inicial ni siquiera hay registros.
“Ahí no hablamos de abandono porque son niños que todavía no están en el sistema pero sí es muy importante… el problema de preescolar es un problema más silencioso, pero que también ahí está latente y lamentablemente lo que nos falta ahí son datos, a diferencia de media superior, que tenemos muchos datos”, concluyó.
9 de junio de 2022, 12:12
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