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12/5/2025
La muerte del reportero Israel Vázquez, un asesinato planeado

La muerte del reportero Israel Vázquez, un asesinato planeado

El juicio en contra del segundo imputado por el crimen del periodista de El Salmantino avanza con dificultades y aplazamientos para confirmar, gracias a testigos claves, el móvil que los autores habrían tenido: la cobertura informativa de la violencia criminal

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    Después de medio año de espera, el 14 de agosto comenzó la etapa de juicio en contra del segundo inculpado por el asesinato del periodista Israel Vázquez Rangel, reportero de El Salmantino.

    Inició con el desahogo de testimonios fundamentales, rotundos y firmes que apuntaron a la identificación plena de quienes le arrebataron la vida esa madrugada del 9 de noviembre de 2020 en la colonia Villa Salamanca 400.

    No olvidemos que uno de estos dos hombres inculpados, Martín Eduardo López Orozco, apodado “El tacones”, fue el primero en enfrentar un juicio abreviado, por el que admitió su culpabilidad y fue sentenciado en diciembre del 2021 a permanecer 20 años en prisión.

    Quedaba pendiente el juicio en contra del segundo inculpado, José Luis N., cuya defensa se negó a acogerse al juicio abreviado y decidió esperar al desarrollo del juicio ordinario que ahora se lleva a cabo.

    Pero los testimonios desahogados el lunes 14 apuntaron también a quien sería el autor intelectual de este homicidio, la agresión más grave de las muchas y diversas que ha vivido el gremio periodístico en Guanajuato en estos años de violencia e impunidad criminal en el estado.

    Se trata de dos testigos. Uno de ellos conoció directamente la identidad de los dos hombres que fueron detenidos e inculpados por este homicidio, en el momento y en el lugar en el que se cometió, porque estuvo a unos pasos.

    La segunda persona supo de los posibles motivos y de la planeación del asesinato. Es decir, de cómo el reportero estuvo en la mira de personas vinculadas al crimen organizado. De que lo estuvo porque hacía su labor informativa. De que una cobertura suya, una de las tantas, habría molestado a un operador de un grupo criminal.

    Ese operador, junto con otras personas del mismo clan, orquestó y actuó utilizando un evento delictivo para el que todos se valieron de otra víctima elegida ex profeso, misma que llevaron al sitio a donde llegó Israel para hacer una cobertura, y a donde llegaron los responsables a asesinarlo.

    Así lo señalaron ambos ante el juez del Centro de justicia penal federal que preside esta etapa.

    Estos testimonios forman parte de la carpeta de investigación prácticamente desde el inicio, cuando ésta corrió a cargo de la Fiscalía general del estado, antes de que el caso fuera atraído por la Fiscalía general de la república a través de la Fiscalía especial para la atención de delitos cometidos en contra de la libertad de expresión (FEADLE).

    Sin embargo, ambos testigos tuvieron que salir de Guanajuato para ponerse a salvo después de esa primera declaración. Porque no tuvieron aquí la protección suficiente ni las garantías para su integridad por parte de las autoridades después de su valiente colaboración.

    Por el contrario, fueron casi de inmediato identificados, amenazados y no pudieron quedarse en su casa, con sus familias o en sus trabajos.

    Israel Vázquez Rangel. Foto: especial.
    Israel Vázquez Rangel. Foto: especial.

    Por fortuna, uno de ellos estuvo el lunes ante el juez penal en la audiencia (que se realiza de manera pública), que escuchó la ratificación, punto por punto, de su declaración, y que vio cuando este testigo señaló al presunto autor material y dijo reconocerlo.

    El segundo testigo había declarado al inicio de la investigación, en lo que se denomina “prueba anticipada” debido al riesgo en el que se encontraba y por el que debía salir del estado. Compareció no ante el ministerio público, sino ante otro juez al que rindió su testimonio.

    Esa prueba anticipada fue admitida en este juicio.

    No obstante, apenas transcurrieron dos días de interrogatorios a testigos y presentación de estos elementos de prueba contra José Luis N., cuando un argumento interpuesto por su defensa interrumpió y aplazó de nueva cuenta este proceso por tres días.

    El miércoles 16, la defensa de José Luis N. no se presentó a la audiencia y en su lugar envió al juez un justificante médico por un presunto padecimiento estomacal del inculpado.

    Los fiscales de la FEADLE solicitaron al juez que declarara un abandono de defensa, o que la audiencia se continuara en modo de videoconferencia, pero esto fue denegado, en garantía de los derechos que en este proceso tiene la parte acusada.

    Para la familia de Israel, que ha mantenido su exigencia de que este crimen sea esclarecido y los responsables reciban la sanción penal que corresponde, el aplazamiento es considerado como parte de la estrategia que desde el inicio la defensa de José Luis N. ha llevado para dilatar el proceso judicial, con el riesgo además de que un aplazamiento tras otro se acumule hasta llevar al peligroso punto de una reposición del proceso. Es decir, comenzar el juicio desde el inicio.

    La justicia pronta y expedita para la familia del reportero asesinado en realidad ha tardado casi tres años. En ese tiempo, ha afrontado no solamente el desgaste emocional, físico, económico, sino los saldos de un sistema en cuyas leyes se establecen las garantías de la reparación del daño para estas víctimas indirectas, pero que en los hechos ninguna autoridad o instancia asume, sino más bien cuya responsabilidad de cumplimento se avientan unas a otras.

    Porque Israel, de 31 años, además de ser un reportero ampliamente conocido y seguido, cuyas apariciones en las transmisiones de cobertura que hacía contribuyeron al crecimiento de El Salmantino como medio de comunicación, era hijo, hermano, padre y futuro esposo.

    El juicio se ha reanudado este lunes 21. Y, como lamentablemente era de esperarse, de nueva cuenta se mostró lo que parece ser una estrategia de dilación y obstrucción de la justicia por parte de la defensa del inculpado, pues la abogada principal no se presentó y se argumentó por parte de otros integrantes de la defensa que se encontraba enferma y que los presentes no contaban con la carpeta del caso a la mano.

    El juez dictó un receso de 3 horas para que obtuvieran la carpeta, tras las cuales el inculpado optó revocar a los defensores particulares que estaban presentes. Por esta razón, el juez debió designar un defensor público y decretar de nuevo una suspensión, para reanudar el juicio el jueves 24, a fin de que este nuevo defensor pueda conocer los detalles de lo que se lleva del juicio.

    Lo que está claro es que las pruebas aportadas y hasta ahora desahogadas abren la oportunidad de lograr, como ocurrió con el primer inculpado, una sentencia condenatoria, la segunda en este caso, de los muy pocos asesinatos de periodistas en que se logra romper el lastre de la impunidad: el actual gobierno federal reconoce que más del 90 por ciento de los casos siguen sin culpables sentenciados.

    Pero las pruebas también revelan la posibilidad de alcanzar a quien decidió truncar la vida de Israel, un trabajo que se espera y se exige que haga la FEADLE.

    Los datos aportados (fundamentalmente contenidos en la carpeta de la Fiscalía estatal, que fue fuertemente presionada por el gremio periodístico y por la representación legal que inicialmente tuvo la familia de Israel), así como los testimonios escuchados, reflejan en su cruda dimensión cómo el periodismo es, con todas sus letras, este oficio de alto riesgo, la frase que se escucha todos los días en el país.

    Reflejan que, como en este caso, el asedio criminal (muchas veces ayudado por la colusión voluntaria u omisa de autoridades) contra periodistas en Guanajuato es real y persiste, lo que hace necesario tomar en serio desde los más altos niveles de gobierno la responsabilidad de aplicar leyes y fortalecer mecanismos de prevención, protección y justicia frente a amenazas, riesgos concretos y agresiones.

    Y hacen necesario también que desde los propios medios de comunicación se refuercen y prioricen las coberturas (particularmente de incidentes o hechos delictivos) en las que se tomen medidas de seguridad, se minimicen los riesgos y se exija a las autoridades, particularmente del orden policiaco, respeto y garantías para cumplir con esta tarea por quienes ejercemos este oficio.

    Un oficio asediado por autoridades y criminales, desprestigiado por gobernantes de todos los niveles, pero también desvalorizado socialmente a pesar de su importancia vital para ejercer las libertades de opinión e información por parte de una sociedad. Como pasaba con las miles de personas que cada día en Salamanca veían, escuchaban, felicitaban por su trabajo periodístico a Israel Vázquez Rangel.

    21 de agosto de 2023, 14:06

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