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12/5/2025
“Las instituciones nos dejaron solos”, deplora personal médico ante impacto de pandemia en su salud mental

Autores:

Martha Silva
Martha Silva

“Las instituciones nos dejaron solos”, deplora personal médico ante impacto de pandemia en su salud mental

La COVID-19 detonó trastornos como ansiedad y depresión en trabajadores de la salud en Guanajuato, en muchos casos ya latentes pero que se exacerbaron ante el riesgo de contagio, la falta de equipo y medicamentos, y fallecimientos sin parangón

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    "La salud mental no es atendida para nadie, ni para pacientes ni para el personal de salud", lamenta el gremio de enfermería en Guanajuato, que como personal de primera línea ha sufrido lo peor de la contingencia por la COVID-19: sin apoyo institucional, con jornadas extenuantes, discriminación y mayor exposición al contagio que cualquier otra profesión.

    Integrantes del sector salud estatal como del federal compartieron sus historias con POPLab, con mínimas acciones, poco difundidas, sobre atención psicoemocional, pero sin dar seguimiento y algunas veces hasta truncando iniciativas individuales que surgían para el bienestar de los pacientes y el suyo propio.

    Esto, a pesar de que en opinión de Ricardo García, un psicólogo que brindó atención a enfermeras del IMSS en León durante la etapa previa a las vacunas, ellas y ellos "fueron los grandes contenedores de todo el caos social, fue tremendo lo que vivieron”.

    ilustración: Pinche Einnar, generada con IA
    ilustración: Pinche Einnar, generada con IA

    Un estudio de la Universidad de Guanajuato sobre la salud mental de este personal sanitario en varios países del mundo mostró la importancia de implementar acciones preventivas y correctivas en beneficio de estos trabajadores, que vivieron cambios drásticos a nivel personal y laboral por el desgaste emocional, físico y psicológico, derivados de su actividad laboral, con ajustes en las relaciones interpersonales y el desarrollo de su práctica profesional.

    Sí, la COVID-19 cobró la vida de más de 150 trabajadores de la salud en el estado y afectó la salud mental de miles más, "pero no hay forma de medir cuánto, y cada persona lo manejó como pudo, pues el hospital no nos proporcionó acompañamiento psicológico” comentó a este medio una enfermera del ISSSTE en León.

    Ella afirma que los directivos, médicos de otras especialidades y personal administrativo ni se asomaban a su área, “había quienes hasta nos sacaban la vuelta para no toparse con las del covid, el trato era con mucho miedo y de lejos. Entre nosotras(os) platicábamos en las regaderas al terminar el turno cómo nos había ido, cómo nos sentíamos, y si había fallecido alguien".

    En la Secretaría de Salud de Guanajuato hay 8 mil 786 profesionales en el ramo de la enfermería, 7 mil 684 enfermeras y mil 102 enfermeros, quienes laboran en más de 630 unidades de salud en el estado, mientras que en IMSS Guanajuato laboran más de cinco mil enfermeras y enfermeros.

    Otro ominoso primer lugar

    Un estudio citado por la revista médica The Lancet reveló hace unos días que México es el país con la tasa más letal por la enfermedad causada por el virus del SARS-CoV-2, al registrar 5 mil 723 muertes por cada millón de habitantes. Oficialmente, la Secretaría de Salud federal reconoce 329 mil 920 defunciones confirmadas entre febrero de 2020 (cuando se registró la primera defunción en el país) al 20 de septiembre de 2020, mientras que Guanajuato registraba 15 mil 264 para esa misma fecha, de los cuales, al menos 165 formaban parte de la plantilla del sector salud estatal.

    Los duelos y temores al contagio que enfrentó el personal de salud eran bien fundados: el 56.3% del total del personal ISAPEG de primera línea, conformado por 7 mil 186 personas, participó en un estudio realizado por esa entidad de salud sobre seroprevalencia de anticuerpos contra el SARS-CoV-2 (y conocer si ya se habían contagiado) mostró que apenas un 55.37 % del personal médico en área covid en Guanajuato usaba equipo de protección personal completo y más de la mitad, un 58.2 %, no tuvo capacitación en el uso de estos mismos equipos.

    Según estos datos, obtenidos a fines de 2020, el 48 % de las enfermeras participantes tenía para entonces anticuerpos positivos y en el caso de los médicos, el 30 %.

    En cuanto a la atención a la salud mental, la Secretaría de Salud de Guanajuato informa que desde el inicio de la pandemia al 15 de septiembre de este año ha realizado 313 mil 667 acciones de atención psicológica y psiquiátrica a la población en general vía presencial, telefónica y por chat, mientras que la atención a personal de salud representó 21 mil 560 acciones de contención psicoemocional.

    Marlene*, enfermera, HGL / HRAEB

    Durante la parte más difícil de la pandemia yo trabajaba de base en el Hospital General de León y en el HRAEB como eventual, pero sólo en este último atendía área covid. Al ser el Hospital Regional de Alta Especialidad del Bajío una instalación de tercer nivel o de especialidades, tiene mayor presupuesto, más personal y mejores condiciones laborales.

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    A nivel institucional, en cuanto a atención a la salud mental, aún nos falta mucho, incluso el HRAEB es un hospital oncológico en su mayoría y aunque se cuenta el servicio de psicología y de tanatología, es raro el paciente que van a ver, son consultas externas y para el personal, menos.

    Esto, pese a que hubo compañeros que sí sufrieron crisis, que incluso les tocó estar en turno laboral y atender a sus familiares en el área covid, viviendo situaciones muy complicadas. Yo simplemente estaba cansada de trabajar en turnos nocturnos, tres días en un sitio y otros tres en el otro, sólo dormía en mi casa un día.

    Conforme se reducían las áreas covid, en el HRAEB nos daban las gracias a pesar de realizar un buen servicio, eso también desanima, yo por ejemplo, ya no trabajo ahí. En el caso del Hospital General, cada año el personal renueva contrato, es decir, no cotizamos en el seguro social, no tenemos pensión ni utilidades. Las condiciones no han mejorado ni mejorarán, creo yo.

    Más vacunas, menos muertes

    Si bien, en el año 2020 la mortalidad por COVID-19 fue superior al 77 % en el estado de Guanajuato, para el año siguiente bajó, ya con un 10 % de vacunación en la población, y para este 2022, con una mayor cobertura de vacunas, la mortalidad bajó aún más. Esto también se notó en un menor número de hospitalizaciones.

    Actualmente, la mortalidad se registra mayormente en personas con alguna enfermedad o condición de salud previa y en personas con esquemas de vacunación incompletos. Especialistas y sobre todo el propio personal de salud esperan que lo peor ya haya pasado.

    Sin embargo, el estudio de la UG "Impacto en la salud mental de profesionales de salud expuestos a COVID-19 durante atención de pacientes" citado anteriormente menciona:

    "Las desigualdades son más amplias en mujeres, que a su vez son el mayor porcentaje de personal sanitario, ya que presentan mayores condiciones de desigualdad económica-laboral, el acoso laboral, sexual, actitudes discriminatorias; además de ser las principales encargadas del cuidado del hogar, la crianza de los hijos, el cuidado de la familia, aunado a la preocupación por evitar el contagio y transmisión comunitaria del virus, el agotamiento laboral y la sobrecarga de trabajo que conlleva la pandemia".

    También "se reporta que los niveles más altos de sufrimiento mental y desesperanza se ubican en las enfermeras sobre el personal médico, mientras que los niveles de ansiedad fueron más altos en estos últimos".

    En el caso mexicano "se presentan como detonantes adicionales de padecimientos de salud mental circunstancias etnográficas tales como la alta prevalencia de obesidad y/o violencia doméstica".

    Liliana*, enfermera, Hospital Regional ISSSTE León

    Las enfermeras nos pasábamos de 3 a 6 horas dentro e hicimos actividades de trabajo social siendo enlace con las familias, prestando nuestros celulares para hacer videollamadas o bien redactando y/o recibiendo las cartas de los pacientes de parte de los familiares.

    En el pico de la pandemia donde hubo más muertes, fue aún más difícil cuando, por falta de sedantes, había que asistir las intubaciones en ocasiones con el paciente casi despierto. Es algo que duele más allá de lo físico, dolía el alma.

    Optamos por tener unas pequeñas bocinas en los pasillos dentro del área covid, y poníamos música, cantábamos y reíamos para no caer llorando por la impotencia de no poder hacer más.

    A mí me tocó ver morir a dos compañeros: un médico y una enfermera. A ella, dos días yo pasé con mi celular y le puse al oído un audio de su hija. Ella estaba sedada e intubada. Y el compañero médico nos hizo llegar una carta, para su familia, una hora antes de morir.

    Carta de agradecimiento al personal covid. Foto: cortesía
    Carta de agradecimiento al personal covid. Foto: cortesía

    Es difícil de entender pero trabajar en áreas covid fue de lo más enriquecedor que he hecho como enfermera, a pesar del dolor por tanta pérdida, la frustración por no tener insumos y medicamentos a veces, por tener que estar solo sosteniendo la mano del paciente esperando alivio.

    Intendencia merece un gran reconocimiento: igual que nosotras compartían sus miedos y vivencias en la regadera. Pocas se atrevieron a entrar a esas áreas, pero hicimos equipo, dentro para trabajar y en las regaderas para desahogarnos. Mal pagadas y poco reconocidas. Y los camilleros también estuvieron al pie de la atención. Héroes anónimos.

    En el ISSSTE no hubo ningún tipo de apoyo para la salud mental. Y tengo una amiga que trabajó para la SSG en el hospital inflable, pero nunca mencionó que haya recibido ayuda de ese tipo.

    Quienes estuvimos al frente de la atención directa fuimos pocos de base y la gran mayoría suplentes, que, pese a la incertidumbre, se sintieron seguros por sus contratos y pagos justos con contratos covid, INSABI e institucionales. Aún así yo no recibí nada extra, nada de "bonos covid", pero sí se premió con dinero a reconocimientos a jefas que nunca atendieron un paciente covid.

    COVID se ensaña con las enfermeras

    Durante toda la pandemia, la proporción de enfermeras contagiadas respecto a los médicos u otro personal, como dentistas o laboratoristas, siempre fue superior, confirman datos de Guanajuato: el gremio de enfermería pasó de la quinta posición, 4.24 % de los contagios en julio, a la séptima, con 2.47 %. El personal médico pasó de 2.72 a 1.70 %.

    El estado de salud mental entre este personal a nivel mundial, según las conclusiones del estudio de especialistas de la UG fue los trabajadores sanitarios tras el impacto de la pandemia “presentan síntomas psicológicos como la ansiedad, el estrés, los trastornos del sueño, síndrome de burnout y depresión, principalmente en el personal de enfermería de la primera línea de acción".

    "Se reconoce la importancia de tomar medidas personales e institucionales para prevenir y contrarrestar las afecciones en la salud mental de los profesionales de la salud, ya que no solo impacta en su calidad de vida, sino en su ambiente y actividad laboral, al presentarse una menor calidad en el cuidado brindado, mayor riesgo de cometer errores u omisiones y ausentismos. Es parcial evaluar el daño en la salud mental como una secuela de la pandemia, pues la misma aún no ha terminado".

    Cuando cerró el área covid de todo un piso. Son tres colores diferentes, uno por cada turno. Foto: cortesía.
    Cuando cerró el área covid de todo un piso. Son tres colores diferentes, uno por cada turno. Foto: cortesía.

    Isabel*, trabajadora social, una clínica IMSS León

    Era particularmente estresante ver pacientes graves de una misma familia y luego ver a varios miembros morir a causa de covid. Me tocó ver a jóvenes a los cuales se agravaba su condición, primero por comorbilidades como obesidad y diabetes, y posteriormente, por no haberse vacunado o no haber completado su esquema.

    En nuestro caso, además de avisar a los deudos sobre la muerte venía un acompañamiento para el proceso de los trámites de defunción, que se volvían tardados por el saturamiento de las funerarias, ya que tras el reconocimiento del cuerpo del paciente, separado por un vidrio, su cuerpo forzosamente tenía que ser cremado. Era algo muy doloroso para los familiares no haber podido hablarles, abrazarlos por última vez.

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    Recibí quejas de los pacientes, de cómo muchos enfermeros y enfermeras eran déspotas, deshumanizadas, que ni un vaso de agua les llevaban, indiferentes a su tristeza y su dolor. Incluso, a una paciente las mismas enfermeras le robaron el celular con el que había entrado.

    De ahí surgió la iniciativa de organizar un equipo de voluntarios para apoyar al personal de enfermería en mejorar el ánimo de los pacientes de esa unidad, para ayudarlos a realizar videollamadas con su familiares, e intercambiar cartas. El proyecto fue inmensamente satisfactorio para quienes participamos, porque en algunos casos inyectaba una mejoría general en el o la paciente, apenas colgábamos y en otros, les traía paz a los que finalmente no sobrevivirían.

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    Foto: archivo
    Foto: archivo

    Sin embargo, el proyecto duró poco: fue cancelado con el pretexto de que cansaba a los pacientes, al hacer el esfuerzo para hablar. Fue un golpe duro para ellos, sus familias, pero también para nosotras las que participábamos, que volvimos a sentirnos frustradas de no poder ayudar. Yo tuve que resolverlo con mi terapeuta, porque sé que esa cancelación costó vidas.

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    Hace aproximadamente un año, se nos obligó a asistir a las primeras sesiones con psicólogas de la delegación IMSS, que se planeó para ser un proyecto a más largo plazo, sin embargo no se concretó, según para priorizar la salud física. A mí la única que tuve me sirvió mucho aunque a algunas de mis compañeras de piso les fastidiaban esas reuniones donde “había un lloradero”, pero eran personas que necesitaban contención.

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    Crecen trastornos

    La doctora Ana Bertha Meza Pérez, directora del Centro de Atención Integral a la Salud Mental (CAISAME) ubicado en San Pedro del Monte, en León, afirma que como parte de la experiencia de los últimos dos años se observó que la población en general produce "más cortisol en el cerebro, por lo que hay menos habilidad para enfrentar el estrés y la percepción de los problemas se ven más difíciles".

    También, que la esquizofrenia era la principal causa de atención por morbilidad y en el servicio de consulta externa. Sin embargo, a consecuencia del confinamiento de la población esta tendencia se revirtió, pues ahora son los trastornos depresivos.

    Alicia*, trabajadora social, una clínica IMSS León

    Aunque mi hospital no era covid, recibía a todo tipo de pacientes y a los que resultaban positivos los referíamos a los de especialidad, aún así había mucha tensión entre el personal e incluso a varios compañeros míos les tocó sufrir actos de discriminación por parte de la gente.

    Pese a que yo no tenía contacto con personal covid, traía antecedentes de problemas de ansiedad, algo que se detonó con la pandemia, por lo que tuve que recurrir por mi cuenta a terapia. La atención en salud mental es pésima: no hay psicólogos, no hay psiquiatras, les hemos mandado pacientes urgentes y las citas están muy espaciadas, para dentro de un mes… Si no hay para ellos, menos para uno.

    La única contención mental que tuvimos fueron unos test en línea, como para diagnóstico, eso sí fueron obligatorios.

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    Creo que en la segunda ola, una doctora tuvo, por iniciativa propia, trabajar grupos de contención para todo el personal que quisiera asistir, que al principio sí tuvieron cierta participación pero luego la gente dejó de acudir, por eso ya no siguió. Así supe de varios esfuerzos individuales, aislados.

    El apoyo psicológico es un tabú, sobre todo entre personal de salud, y tampoco hay la conciencia de buscar ayuda, cuando finalmente lo logras, no hay citas o tienes que pagar porque te atiendan. Aún así formé una pequeña red de psicólogos y psiquiatras y a quien veía que lo necesitaba, lo compartía. No hay que esperar que la ayuda llegue de afuera, si no se da, hay que crearla.

    Ilustración: Pinche Einnar / archivo
    Ilustración: Pinche Einnar / archivo

    Personal de salud contuvo la crisis social durante la pandemia: psicólogo

    Desde la perspectiva de Ricardo García, un psicólogo que a partir de una iniciativa propia atendió al personal de salud durante los días más difíciles, fue la resiliencia y la vocación por el trabajo, en especial, del equipo de enfermería de los hospitales públicos, lo que contuvo el impacto de la pandemia.

    Mi costumbre de asumir retos del tipo "Vamos a entrar a donde nadie quiere entrar" sumada a mi frustración por sentir que no estaba apoyando en nada me llevó a la clínica 21 del IMSS en San Miguel, que estaba reportando gran cantidad de hospitalizaciones y muertes por covid. Era agosto de 2020, las vacunas aún estaban lejanas.

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    Hablé con una jefa de enfermeras sobre la posibilidad de donarles atención psicoemocional, aceptaron pero pidieron que fuera un curso para el turno nocturno y acepté: llegaba a la 1 de la mañana a realizar sesiones colectivas, estaban ávidas de contención.

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    Y pese a que mi plan era temporal, sólo unas cuántas sesiones donadas, terminé quedándome tres meses más porque fueron ellas, dos jefas de enfermería, de su dinero personal, las que me pagaron la atención psicoemocional para sus compañeras del turno nocturno, ya que convertirte en proveedor del IMSS es un trámite de muchos años y en plena pandemia, no era algo que se fuera a priorizar.

    También supe que varios hospitales privados realizaron algunas charlas a su propio personal de salud, pero nadie de los "grandes" generó atención con un proyecto temático donde hubiera seguimiento para que ellas pudieran desahogarse y estabilizarse. Pero todos estábamos rebasados.

    A las sesiones también acudía personal de intendencia, estaban tan vulnerables como los propios enfermeros.

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    Esta vocación les provocaba a estos trabajadores fuertes crisis familiares por el riesgo que representaba su labor para el resto de los miembros, crisis que se sumaban a los retos profesionales que enfrentaban todos los días, incluso por la falta de equipo de protección.

    Para los y las enfermeras, a pesar de estar familiarizadas con la muerte, les impactó la cantidad de fallecimientos, se salió de la norma de lo que se es capaz de soportar, se sentían rebasadas.

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    Algunas personas continuaron en tratamiento conmigo tras concluir mi labor en el IMSS, así como ellas, muchos trabajadores buscaron atenderse por su cuenta con otros profesionales de la salud mental.

    La Secretaría de Salud de Guanajuato exhorta a visitar dinamicamente.mx o llamar al teléfono 8002900024 con personal profesional de psicología las 24 horas del día, así como a informarse sobre las cifras oficiales de COVID-19 en la página https://coronavirus.guanajuato.gob.mx/

    * Los nombres fueron cambiados

    28 de septiembre de 2022, 14:10

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