Autores:
Muérdago y negligencia oficial, principales enemigos del arbolado en León (Parte 3)
Crisis por planta parásita enfrenta a medioambientalistas con las autoridades municipales, que intentan explicar a través de la ciencia el avance sigiloso de una marea verde que desde hace años poco a poco infecta y mata los pulmones de la ciudad
La plaga del muérdago, una planta parásita que absorbe y se alimenta de los nutrientes del árbol hasta secarlo, ha arrasado con cientos de ejemplares en la región. Su variedad más visible es conocida como “Flor del muérdago” (Psittacanthus calyculatus), de color anaranjado intenso, mientras que el tipo arbusto (Struthanthus interruptus) tiene hojas de bordes redondeados y frutos rojos.
El impacto es tal que esta familia de plantas ha infectado aproximadamente el 65 por ciento del arbolado urbano en el estado de Guanajuato (cifras de 2016). Representa un problema grave porque además del mezquite, afecta otras especies como jacarandas, fresnos, eucaliptos, laurel de la India y ficus.
Es una planta parasitaria que los pájaros se encargan de propagar, puesto que al tragar y defecar la semilla, esta se pega en una rama, comenzando el proceso de germinación en el propio árbol.
Si a esto se suma que el muérdago también es trepador y “brinca” de una rama a otra, de un árbol a otro, y de que la semilla es capaz de mantenerse pegada a la corteza pese a vientos, lluvia y otros fenómenos del clima, la plaga se puede salir de control si no se le da el mantenimiento adecuado.
Es necesario que todo material retirado por muérdago se triture, entierre o incinere para evitar la maduración de los frutos y con ello la dispersión de la semilla entre el arbolado sano.
En entrevista con POPLab con la titular de la Dirección General de Gestión Ambiental, María del Carmen Mejía Alba, dijo que el programa de atención fitosanitaria de podas del municipio se está enfocando en fechas recientes en control del muérdago, el cual realiza paralelamente con una investigación del Centro de Innovación Aplicada en Tecnologías Competitivas (Ciateg) para analizar las concentraciones de contaminantes, del PH del suelo y las características de los manchones de arbolado para conocer por qué se está reproduciendo con tal rapidez.
Explicó que Ciateg está investigando cómo la concentración de partículas PM-10 y PM-2.5 está apoyando la proliferación del muérdago. Además, el cambio climático estaría afectando el PH del suelo, que estaría debilitando a los árboles y que las plagas sean más agresivas.
Una vez que se tengan los resultados de este estudio, que se espera estén para el segundo semestre de este año, se hará una estrategia del tratamiento del muérdago mucho más focalizada, que para 2020 incluya podas fitosanitarias, tratamiento y abono del suelo, así como actualización de la paleta vegetal (el catálogo de especies nativas y naturalizadas que mejor se hayan adaptado a nuestro ecosistema).
La directora de Gestión Ambiental reconoció que esta problemática se está agravando, por lo que también trabajan de la mano de los consejos tanto del Zoológico como del Parque Metropolitano, puesto que ambas zonas tienen concentraciones importantes de esta plaga, la cual puede volverse más agresiva, pero son el Malecón y camino al área natural protegida de Sierra de Lobos, donde existen los dos principales lugares de contagio, según el diagnóstico del Censo Forestal Urbano.
POPLab solicitó datos concretos sobre el número de especies con plaga y cuáles eran éstas, resultado del censo más reciente. Sin embargo, en el documento recibido solo aparecen aproximaciones al volumen, sin mayor información.
“Pretexto perfecto”
Por su parte, el especialista en arbolado Adrián Gutiérrez comentó en entrevista que en el cambio de pueblo pequeño a ciudad, las autoridades han quedado rezagadas.
Antes, cuando León era una ciudad ganadera, recordó, la gente que cuidaba sus animales podía observar cuando un mezquite empezaba a llenarse de muérdago y ella misma lo podaba y se los daba a comer. Al perder el carácter agrícola, no hubo quién contuviera la plaga. La pregunta es... ¿porqué ahora no usarlo como antes, como alimento para ganado? cuestionó, ya que, en teoría, debe llevarse a los invernaderos y ahí triturarse o incinerarse pero, ¿quién vigila que efectivamente se haga?
Adrián acompañó a POPLab por un largo recorrido por las principales áreas verdes del centro de la ciudad, para observar lo que su mirada ya entrenada no puede dejar de ver: muérdago por doquier.
Iniciando en la zona donde casi 100 árboles fueron retirados para instalar un estacionamiento subterráneo en terrenos de la Feria de León (ejemplares que serán compensados con otros 100 árboles -jóvenes- enviados al vivero municipal), el especialista explicó a estos reporteros los procesos de infección de árboles emblemáticos como el mezquite, pero también casuarinas, eucaliptos, fresnos y hasta pirules.
Flores naranjas y pequeños arbustos de hoja verde claro colgaban de varios ejemplares que están junto a la obra del aparcadero que se construye en la feria, pero también aparecían en los árboles en los márgenes del Parque Explora (uno sí, otro no, y otro sí).
Luego, en bulevar Mariano Escobedo, se comparó a dos jacarandas: la copa de una estaba “trasquilada”, pero floreaba sin plaga, mientras que su vecina languidecía con un verdor que no era suyo.
En el Jardín “del Triangulito”, ubicado en la colonia Andrade, se observó in situ al Ganoderma, hongo que infecta las raíces y base del tronco y termina matando el árbol.
Lo más irónico del asunto, dijo Adrián Gutiérrez, es que el dinero que se invertiría en curar este árbol, supongamos que mil 500 pesos, se terminará gastando en la grúa y en personal de Parques y Jardines cuando retire el tronco muerto, cuando el ejemplar se habría salvado de tener visión a futuro, una verdadera visión sustentable y un respeto por la vida de todos los seres vivos, empezando por la nuestra.
En otro recorrido se incluyó a los emblemáticos Laureles de la India en el Fórum Cultural, que en ese momento eran podados “agresiva e inútilmente” según el especialista, por la inevitable recontaminación de las ramas en breve tiempo.
No sé qué esperan las autoridades para actuar de verdad contra el muérdago, comentó el especialista, tal vez quieren que los ejemplares que vemos (en ese parquecito) sean sustituidos por más esculturas del tal Sebastián (monumento -de hierro- al árbol).
Otro activista, Ricardo Ibelles, de FURA, Fundación Rescate Arbóreo, comentó: “Hay un reglamento que obliga (a Gestión Ambiental municipal) a llevar un plan de manejo del arbolado, ¿dónde está? Es su obligación” proporcionarlo, es información que hemos pedido, sin embargo, no nos lo dan. Y no se proporciona porque no hay, aunque las autoridades afirmen lo contrario, aseguró.
“No sabemos cómo se está actuando en el manejo de las plagas. Hacen cosas por todas partes pero no vemos el porcentaje total de masa arbórea que está afectada y cuánto es lo que pretenden ellos disminuir (...) No hay manera de medir la eficiencia y la eficacia de sus programas, y obviamente, del uso de los recursos”.
El integrante de FURA validó que el Municipio priorice las podas a zonas infectadas por encima del reporte de un solo árbol, aunque insistió en la falta de información sobre el estado fitosanitario del arbolado en general, por lo menos de los ejemplares que sí han sido censados. “Si no hay información, ¿cómo se toman las decisiones?”.
La controversia de las multas y compensaciones
“(...) Bajo criterios de equidad social, productividad y sustentabilidad se apoyará e impulsará a las empresas de los sectores social y privado de la economía, sujetándolos a las I - 31 modalidades que dicte el interés público y al uso, en beneficio general, de los recursos productivos, cuidando su conservación y el medio ambiente.”
Artículo 25 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos
La oficina encargada de verificar las multas por talas sin permiso (que no es un tema de combate al muérdago, sino de arbolado) es la Dirección de Inspección y Vigilancia, dependiente de la Dirección General de Gestión Ambiental.
Su titular, María del Carmen Mejía, aseguró que sí hay seguimiento cuando, por ejemplo, un árbol con permiso de trasplante no está respondiendo en cierto número de tiempo, se pone una cuota de hasta 50 árboles (nuevos) para reponer. Aunque hay muchos factores: especie, edad del árbol, si el árbol estaba seco, si tenía muérdago.
La funcionaria municipal aseguró que con el folio que se le da al denunciante, se le puede dar seguimiento al caso. Por medio de un citatorio para un procedimiento jurídico-administrativo, el presunto infractor de la poda podrá presentar su permiso o enfrentar la multa respectiva para el cobro de organismos, dicho "pago" se utilizaría en la temporada de reforestación de este año.
A las inconformidades ciudadanas sobre manejo de plagas, hay que sumarle el manejo discrecional de las multas por talas y podas cobradas por el Municipio.
Al respecto, cuestiona Ricardo Ibelles: “Todas las multas por talas de árboles tienen que aplicarse al mantenimiento del arbolado urbano. ¿Dónde está el dinero? No se puede condonar ni hacer cambios en los importes de las multas por afectaciones en arbolado urbano”, pese a que en la práctica sí llega a ocurrir que les apliquen descuentos de cientos de miles de pesos a los infractores.
Para Celia Garza, integrante de la agrupación Déjame Plantado, fue un eror el cambio que hubo en las compensaciones solicitadas, cuando se comenzó a recibir material para infraestructura (cemento, bancas para adecuar un parque, etc.) en lugar de árboles, borrándose el servicio ambiental que éstos prestan a la ciudad.
Así la lógica burócrata, ironizó, que en la remodelación del parque Hidalgo se talaron 56 árboles y además se instaló en un claro un techo de metal en lugar de plantar un árbol. Insistió en este punto: "¡Quitan árboles en la remodelación de un parque!".
No obstante, resaltó que la presión de las asociaciones ecologistas impidió una tala mayor en ese emblemático parque de la ciudad.
Que prevalezca el interés común
Pese a las quejas y justificaciones en ambos bandos, gobierno municipal y activistas, en esta serie de entrevistas que POPLab realizó, hubo incluso autocrítica del lado ciudadano: Adrián Gutiérrez lamentó la falta de profesionalización en dependencias municipales y contratistas en el cuidado de los árboles, pero también entre algunos de los propios ecologistas, donde hay lucha de egos e intereses personales. Criticó a quien dice que le interesan los árboles, pero termina más interesando en el dinero, en forma de contratos.
Pero no pierde la paciencia, algo que tiene que tener forzosamente alguien que cuida un ser que requerirá años para llegar a su plenitud.
Y quizá precisamente porque quieren plenitud es que los activistas invierten tiempo, dinero y esfuerzo. Será que ellos, como muchos, tienen un objetivo claro: “No queremos un medio ambiente, lo queremos completo”.
17 de abril de 2019, 07:14
Explora más contenido de este autor
Descubre más artículos y perspectivas únicas