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No solo agua, es territorio y desarrollo; cuestionan expertos acueducto
La discusión debe abordarse de forma integral sin soslayar derechos humanos de la población, advierten
Especialistas en materia ambiental e hídrica advierten que el debate en torno al acueducto Solís–León trasciende la extracción de agua, pues involucra el modelo de desarrollo acelerado promovido en los municipios del corredor industrial y los efectos ecológicos que este proyecto podría generar en la región de Acámbaro. Señalan que la discusión debe abordarse desde una perspectiva integral que considere no sólo la gestión del recurso, sino también las implicaciones sociales y territoriales derivadas de una planeación urbana desequilibrada.
Sostienen que el tema está estrechamente vinculado con los derechos humanos de la población acambarense y de toda la región, particularmente el derecho al acceso al agua y a un medio ambiente sano, pilares fundamentales para garantizar la sustentabilidad y la equidad en el desarrollo del estado, además en el contexto del cambio climático.
“¿Qué va a suceder a futuro? ¿Cuántos acueductos vamos a requerir el día de mañana? Porque las ciudades van a ser completamente insostenibles en el momento en el que la sequía sea cíclica, y ahora la sequía va a ser más recrudecida. Las poblaciones van a ser más vulnerables porque la cantidad de agua en las ciudades es mayor, y eso no se está mencionando”, afirmó el presidente del Colegio de Ingenieros del Agua de Guanajuato, René Mendoza Franco.
El ingeniero aseguró que el debate sobre el tema se está quedando corto, mientras las autoridades federales y estatales intentan convencer a la ciudadanía de que el proyecto “tiene beneficios porque el agua se va a entubar”.

Foto: Especial El descontento por la construcción del acueducto Solís se extiende en Acámbaro
El académico experto en gestión del agua, Álex Caldera Ortega, coincidió en que la discusión relacionada con la construcción del acueducto está vinculada al desarrollo urbano de las ciudades a las que se pretende trasladar el agua, así como a los compromisos que deben cumplir estos municipios respecto a una gestión eficaz del recurso hídrico.
Hizo énfasis en la complejidad que implica el proyecto, porque hay actores involucrados de dos estados, Jalisco y Guanajuato, con los acuerdos históricos que se realizaron para garantizar escurrimientos a la cuenca Lerma–Chapala, además de los 24 mil productores que forman parte del Módulo de Riego 011.
Gustavo Lozano, abogado y ambientalista, resaltó, sobre el caso de León —municipio que recibiría el mayor volumen de agua del acueducto en caso de que se concrete la obra—, que es necesario que primero se atiendan las condiciones que hacen que la ciudad tenga cada vez una mayor demanda de agua, como el desarrollo industrial y la mala gestión.
El rechazo al proyecto crece, pues públicamente empresarios y comerciantes se han pronunciado en contra de la obra. Mientras tanto, en el Módulo de Riego 011, los productores se reunieron con representantes de la Conagua, ante quienes manifestaron su desacuerdo con la construcción del acueducto y con la tecnificación.
Falta de planeación y riesgo ambiental por el acueducto Solís–León
El presidente del Colegio de Ingenieros del Agua, René Mendoza, subrayó que el proyecto no sólo debe analizarse desde la perspectiva hídrica, sino también territorial, ambiental y de derechos humanos.
“Esto es equilibrio natural y hablamos de agua, que es la que genera la vida, y dependen de ella un sinfín de ecosistemas a lo largo de todo el trayecto de donde se pretende cruzar la tubería. No solamente se habla de agua, se tiene que hablar de territorio, y aunque los municipios, retomando la idea de que ya tuvieran un plan, vamos a aceptar sin conceder, ¿qué nos va a asegurar que esos municipios, con esos volúmenes excedentes, no van a seguir creciendo?”, cuestionó el ingeniero.
Mendoza consideró que el crecimiento desmedido de municipios como León podría derivar en nuevas presiones sobre los recursos naturales y, eventualmente, en la necesidad de construir nuevos acueductos que afectarían el equilibrio de ecosistemas y comunidades.
“Toda ciudad que puede desarrollarse es por la disponibilidad de recursos, y cuando una ciudad ya no se puede desarrollar por falta de ellos, eso indica que existe una falta de planeación”, puntualizó el especialista, quien además afirmó que existen dudas sobre la elaboración de estudios previos relacionados con el proyecto.

Foto: Especial Se realizaron reuniones con representantes de la Conagua
Por ejemplo, de qué manera se determinó el volumen que se transportará de la presa Solís hacia los municipios del corredor industrial o los impactos ambientales que tendría para la región el entubamiento del agua.
Mendoza señaló que la inquietud de los municipios del sur del estado, particularmente Acámbaro, no radica en negarse a compartir el recurso hídrico, sino en la ausencia de un plan claro sobre el destino y manejo del agua, y en el riesgo de que, en lugar de utilizarse para el uso público-urbano, se destine a la industria.
Agregó que, hasta el momento, ningún municipio ha publicado un plan integral que permita conocer los alcances y beneficios reales del acueducto, en caso de concretarse.
“Nos dicen que todo se basa en un modelo matemático, pero no hay estudios, no hay proyectos, ni información pública sobre los impactos. Para nosotros, como órgano técnico, ese tipo de explicaciones son insuficientes”, afirmó.
El presidente del Colegio de Ingenieros del Agua hizo un llamado a que se escuche a los especialistas locales y se presenten los estudios que justifiquen el proyecto, antes de continuar con obras que podrían tener efectos irreversibles sobre los ecosistemas y la equidad territorial en Guanajuato.
Ante crisis hídrica, modelo económico y urbano debe replantearse
El especialista en gestión del agua, Álex Caldera, consideró que el proyecto del acueducto Solís–León es una solución limitada a un problema complejo, en el que están involucrados muchos actores.
Recordó que todos los usos del agua están conectados y, en ese sentido, deberían contemplarse soluciones de gestión integral, principalmente en los municipios que se beneficiarán con el recurso hídrico. Subrayó que los municipios deberían comprometerse a una gestión eficaz que incluya la planeación del desarrollo y del crecimiento económico.
“No puedes, a toda costa, plantear el desarrollo; tienes que ajustarte a los recursos que tienes a la mano, porque no es sólo la gestión del agua, sino el modelo económico al que estamos apostando”, subrayó.
En este sentido, Caldera Ortega consideró necesario que desde el Estado se establezcan límites a estos aspectos y se trabajen los instrumentos adecuados de planeación urbana.
Sobre el proyecto en concreto, indicó que debe garantizarse una perspectiva de gestión de cuencas, pues en este caso las repercusiones se plantean para la cuenca Lerma–Chapala. Alertó sobre los efectos en el ciclo hidrológico de la región, ya que con el entubamiento del agua ya no habría los mismos niveles de infiltración al suelo.
También contextualizó que existen acuerdos sobre el manejo de recursos entre los estados de Jalisco y Guanajuato, y que las afectaciones alcanzarían a los integrantes del Módulo de Riego 011, uno de los más grandes del país, que cuenta con 24 mil productores agrupados. “Y no se está considerando esta complejidad”, advirtió.
Gustavo Lozano habló sobre el caso de León, que, de acuerdo con la distribución proyectada por la Comisión Nacional del Agua (Conagua), recibiría 55.8 millones de metros cúbicos. Señaló que el municipio arrastra una problemática de más de 20 años con respecto a la disponibilidad del recurso y no ha encontrado soluciones.

Imagen: Juan José L. Plascencia.
Consideró que esto se debe a que los factores que hacen que la ciudad demande cada vez más agua siguen presentes, y refirió que algunos de ellos tienen que ver con la falta de transparencia y la mala gestión de recursos del organismo operador de León.
“Los pueblos no le niegan el agua a otros pueblos; niegan el agua porque se enfoca en el uso industrial. Creo que hay muchas dudas en el sentido de que esa agua vaya a disponerse para uso público urbano, para satisfacer las necesidades de las personas que lo requieren”, recalcó.
Dijo que, en el caso del acueducto, lo que se requiere son explicaciones profundas y transformaciones en las formas en que se gestiona el agua, pero advirtió que no se ve “mucho interés en este tema, salvo lo que es recibir el agua”.
Lozano anticipó que el problema con relación a la obra podría profundizarse por la organización que han logrado los productores y el respaldo que tienen de la ciudadanía, no sólo del municipio de Acámbaro, sino también de otros como Tarandacuao, Jerécuaro y, recientemente, Salvatierra.
Crece entre sectores rechazo a acueducto; productores firmes en la negativa
Integrantes de la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo (Canaco) se posicionaron en contra de la construcción del acueducto Solís-León, tras haber sostenido este jueves una reunión informativa con el subdirector de Administración del Agua en el estado, Sergio Hernández Martínez.
Rodrigo Salvador Martínez Valle, presidente de la Canaco en Acámbaro, aseguró que durante la reunión se manifestó el desacuerdo del sector empresarial de la ciudad con el proyecto planteado dentro del Plan Hídrico Nacional, por sus repercusiones sociales, legales y ambientales. En la reunión no sólo estuvieron integrantes de esta cámara, sino también comerciantes, productores y ciudadanos.
“Hablan sobre la tecnificación y con esto nos prometen que con la tecnificación van a salvaguardar esa agua que ellos dicen que no se lleva”, detalló el representante, quien aseguró que el ingeniero del organismo federal reconoció que las obras en el municipio de Acámbaro están detenidas, pero no en otras zonas del estado. El acueducto contempla 187 kilómetros de tubería de acero.
En una rueda de prensa, en la que también estuvo presente Elizabeth Pérez Aguilar, directora de la Canaco, el presidente subrayó que los beneficios y el desarrollo de la obra solo son visibles para los municipios del corredor industrial, a los que se contempla llevar el agua, pero no para la población de Acámbaro, donde una gran cantidad de familias dependen de la actividad agrícola.
“Cada quien desde su trinchera estamos velando por Acámbaro, y aquí el sector empresarial también se monta a esta lucha para cuidar el agua”, destacó.

Foto: Ciudadanos se movilizan contra el acueducto
Resaltó que la postura de la organización sobre el tema se mantendrá en el rechazo de la obra y aseguró que el diálogo que se ha abierto sobre el tema con la sociedad civil tiene el objetivo de procurar el beneficio de los ciudadanos.
En una reunión en el Módulo de Riego 011, también realizada este jueves con líderes productores y representantes de Conagua, los integrantes reafirmaron su postura en contra de la construcción del acueducto y de la tecnificación que se plantea para la zona.
De forma democrática, los integrantes del módulo se fueron poniendo de pie para dejar clara su postura. “Por favor, acepten y entiendan la propuesta del pueblo”, dijo Joel Moreno Brito, nuevo presidente del módulo.
“Ahorita la presa tiene mucha agua porque ha llovido, pero hace dos años ya se secaban todas las milpas, no hubo agua. El año que no llueva, ¿qué vamos a hacer nosotros?”, dijo Raúl Jasso, tesorero y delegado por la pequeña propiedad. Los representantes de Conagua aseguraron que presentarán la postura a nivel local y nacional.
7 de noviembre de 2025, 11:30
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