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Pobreza al final de la vida: el caso de Enrique Sosa y otros miles
Los últimos días del ex camarógrafo de TV fueron en la precariedad, pero son miles los pensionados en similar situación
Al momento de escribir estas líneas, han pasado ya cinco semanas de impunidad por el asesinato del ex camarógrafo Enrique Sosa, mucha indignación causó en la sociedad por la forma tan cobarde y artera en que fue atacado por un empresario en la ciudad de León.
Días posteriores a su muerte nos fuimos enterando de aspectos muy privados de su vida pero que son de interés público, uno que llamó mucho la atención es el estado de precariedad y pobreza en el que se encontraba al momento de ser atacado, reportándose que después de 22 años de trabajo al servicio de la televisora estatal conocida como TV4, se jubiló con una pensión de $3,000 mensuales.
La raquítica pensión que percibía lo obligó a seguir trabajando para poder completar su sobrevivencia, la realidad es que $3,000 pesos mensuales son totalmente insuficientes para poder disfrutar de una vejez con tranquilidad, refieren diversas notas y entrevistas a sus familiares, que carecía también de una casa propia, por lo que pasó sus últimos años viviendo en una improvisada caseta en el estacionamiento ubicado a un costado del restaurante “Gaucho Tradicional” de León.
Recientemente y dado lo mediático del caso, el Gobernador ha prometido dotar de una casa propia a la viuda de Enrique y proporcionar algún tipo de apoyo adicional relacionado con la pensión que percibía.
Fueron estos datos reveladores de su paupérrima situación económica, los que motivaron a indagar sobre qué otros pensionados del Instituto de Seguridad Social del Estado de Guanajuato se encuentran en las mismas situaciones de pobreza.

Los datos obtenidos son realmente preocupantes: la unidad de acceso a la información pública del ISSEG, informa que actualmente tiene a su cargo el proporcionar pensión a 19,654 personas; de este número, 4,843 pensionados reciben una pensión menor a un salario mínimo, es decir, la pensión es menor o hasta $5,186.09 pesos. Al revisar el listado de los pensionados, que también es público, encontramos casos realmente extremos, como el de una pensionada por viudez que recibe $1,219 mensuales o el de un pensionado por vejez que recibe $1,325.54 también mensuales.
Un segundo bloque de pensionados se ubica en un rango de 1 a 2 salarios mínimos, es decir, que perciben una pensión superior a $5,186.10 pesos y hasta $10,372.19 y en este rango se ubican 5,348 pensionados, en este grupo también tenemos personas que están pasando una situación económica complicada aunque no tan paupérrima como la del primer bloque; el Informe sobre la Desigualdad en el Mundo 2022, elaborado por la CEPAL, muestra que el ingreso de la población mexicana más pobre es de alrededor de $42,700 al año, esto representaría una cantidad aproximada de $3,558 al mes, lo cual nos da una idea del nivel de pobreza en el que se ubican miles de pensionados.
El Instituto de Seguridad Social del Estado de Guanajuato cumple este año el 60 aniversario de haber sido creado, presume finanzas sanas y una proyección financiera por varias décadas para seguir manteniendo el ritmo actual sin entrar en números rojos, tiene bastantes excedentes que le permiten realizar empréstitos a los municipios y al propio Gobierno de Guanajuato, constituirse como socio de “Guanajuato Puerto interior” o incluso, constituir una empresa dedicada al arrendamiento financiero, conocida como “Gto Leasing Services S.A.P.I. de C.V. SOFOM E.N.R.” cuyos datos de constitución y operación han sido hasta el momento ocultados intencionalmente por el gobierno.
No puede presumirse la existencia de un instituto con sobrada capacidad económica y con abultadas reservas, cuando tenemos pensionados que literalmente se están muriendo de hambre y que tienen que seguir trabajando a pesar de su jubilación hasta el último momento de su existencia. No sólo era Enrique Sosa, son miles como él, los que padecen el desamparo en el ocaso de sus vidas, no sólo es un tema de dinero y de salud financiera del instituto de pensiones, es un tema de justicia y de misericordia, ojalá se voltee a ver a estos desamparados y se les pueda conceder una pensión mínima garantizada de sobrevivencia, ¡qué mejor homenaje para Enrique Sosa!, que darle protección a otros que como él se vieron en la necesidad de seguir laborando cuando ya no debían hacerlo.