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Todo el peso del patriarcado: el caso YosStoP
A los varones acusados de violación equiparada de una joven de 16 años apenas se les mencionó, nadie sabe qué ha sucedido con ellos, nadie ha cuestionado dónde están, ni quiénes son, gozan del beneficio de la irrelevancia
La noche del 29 de junio se dio a conocer la detención de la youtuber YosStoP, Yoseline Hoffman, ella junto con otros cinco sujetos Nicolás B, Carlos R, Julián G, Axel A y Patricio A. fueron acusados por cometer diversos delitos como violación equiparada y pornografía infantil.
De acuerdo con información de milenio, en marzo de este año YosStop fue denunciada por el delito de posesión de pornografía infantil y difamación, luego de exponer a una joven de 16 años quien fue agredida sexualmente por cuatro hombres en una fiesta.
Tras aquellos hechos, la influencer difundió el caso de la víctima a través de las redes sociales, asegurando que la chica "es una niña con moral muy, muy distraída".
A través de redes sociales, la asociación feminista FemxFem y el despacho de abogados Schutte y Delsol Gojon dieron a conocer parte de la denuncia realizada contra Yoseline Hoffman por posesión de pornografía infantil, así como difamación, al afirmar que la joven era "una puta" pues se asumió que la chica del video tuvo la culpa de la violación equiparada en una fiesta.
A todo esto, las reacciones han causado efervescencia. En Feministlán hay opiniones divididas, los machirrines que no entienden qué es el feminismo ni para qué sirve, claman en Twitter: ¿Dónde están las feministas defendiendo a la youtuber? Entonces, vámonos por partes.

¿Dónde están las feministas cuando a una mujer la acusan de incurrir en un delito contra otra mujer?
Antes que todo, el ser feminista no significa defender a otra mujer o justificarla de sus actos por el simple hecho de ser mujer, significa reconocer el contexto y posiciones de poder favorables o no por las diferencias de sexo-género enraizadas profundamente en la sociedad machista en la que vivimos. El feminismo, además de entender las relaciones de género, también busca lo mejor para las mujeres.
Sin embargo, en nuestro sistema patriarcal, ver lo que es lo mejor para las mujeres se malinterpreta y es chocante para muchos, como si los derechos de los varones fueran privilegios casi inaccesibles para las mujeres.
En segundo lugar, la cultura de la violación puede ser encarnada y reproducida por cualquier persona y ese dicho tan espantoso de que el peor enemigo de una mujer es otra mujer, no nos está ayudando a respaldar aquel pensamiento que se mofa y justifica la violencia contra las mujeres, además que ha invisibilizado de la opinión pública la responsabilidad de los acusados de violación, ya que ellos son el origen de todo este problema.
¿Así o más clara la cultura de la violación?
Al respecto, creo que es muy simple lo que debemos exigir como feministas, ya que de forma individual o colectiva debemos solidarizarnos con la víctima y exigir que se le repare el daño, generar acciones que puedan marcar un antes y un después en este tipo de delitos. Es ahora nuestro momento de trascender.
En el derecho
Nos corresponde exigir un juicio justo y lo más equilibrado posible para YosStoP, vigilar que se le respeten sus derechos como imputada, exigir que cumpla con las responsabilidades que le exija la ley, pero además y sobre todo, que se le juzgue de manera proporcional al daño de sus acciones.
Recordemos que las mujeres en México reciben en promedio 5 años más de condena por los mismos delitos en comparación de sus compañeros varones. De acuerdo con la Fundación Reinserta, esta es una constante.
También, garantizarle el acceso a la justicia a las víctimas es algo casi imposible, pues de cientos de delitos que se denuncian, sólo uno llega a sentencia.
En la prensa
Las mujeres solo son noticia cuando cometen algún magnicidio o bien cuando son víctimas de un delito, y en ninguno de los dos casos se enuncia una representación digna. En la primera modalidad podemos citar innumerables ejemplos de cómo la misoginia en la prensa ha convertido en monstruos a las mujeres victimarias de algún crimen, recordemos a la hiena de Guerrero. Del lado opuesto, a los victimarios se les retrata como víctimas de sus impulsos pasionales, como grandes atletas o bien como si sólo fuese un error.
En otro extremo, la prensa sin ética termina juzgando rigurosamente a las víctimas por la suerte de violencia que sufrieron y acaban justificando a los victimarios, La Corregidora nos lo recuerda en uno de sus posts:

Para colmo, han sido filtrados los datos personales de YosStoP y Ainara S. En cambio, a los varones acusados de violación equiparada apenas se les mencionó desde un plano irrelevante, nadie sabe qué ha sucedido con ellos, nadie ha cuestionado dónde están, ni quiénes son, gozan del beneficio de la irrelevancia.
A la prensa le corresponde no sacar titulares misóginos como el de ciertos medios que se preocuparon más por narrar y criticar la vestimenta de YosStoP al momento de su detención, en lugar de reconocer que existe un grave problema de violencia hacia las mujeres.
Lo virtual es real
A las feministas internautas nos corresponde exigir que se castigue a los responsables de toda injuria contra Ainara y cualquier otra víctima, nos corresponde no difundir, denunciar y reportar los videos de la víctima siendo abusada sexualmente, generar espacios críticos sobre la violencia y vigilar de cerca este asunto hasta que quede concluido.
Si bien la Ley Ingrid y la Ley Olimpia han realizado importantes avances en el reconocimiento a los derechos humanos de las víctimas de violencia digital, aún nos quedan muchos terrenos por conquistar.
Uno de los cambios importantes que nos ha traído la cuarta ola feminista ha sido el ciber activismo y la interacción intergeneracional. Sin duda, el feminismo como construcción de mundo necesita seguir expandiéndose en todos los campos posibles, uno sólo de ellos es el internet el cual ni siquiera es neutral para nosotras. Ante esto, no me siento angustiada, por el contrario tengo la esperanza que un mundo mejor es posible.