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Visita de AMLO a Tierra Blanca llena de promesas federales y estatales a indígenas de Guanajuato
AMLO pide "no pelearnos" y Diego que "no haya más división", pero el duelo de sus porras (y las rechiflas) diluyen las peticiones de autonomía para otomíes y chichimecos jonaces
La comunidad Cañada de Juanica, en el municipio de Tierra Blanca, Guanajuato, no está tan lejos. "Nada queda lejos" cuando se trata del Presidente de la República. Y ahora, ese cargo lo ostenta Andrés Manuel López Obrador.
Así que este viernes acudieron a su encuentro por cientos, tal vez miles al centro comunitario de la localidad. Fueron habitantes de la región, curiosos de ver por primera vez a un presidente, muchos burócratas y funcionarios públicos, reporteros desorientados, elementos de la Guardia Nacional y posibles ex miembros del Estado Mayor Presidencial, danzantes autóctonos, ancianos presentando sus respetos a la usanza indígena.
Pero sobre todo había mucha gente esperanzada, con su carpeta bajo el brazo, esperando la oportunidad de entregarle al Presidente su solicitud de empleo, de una beca o algún otro apoyo. Hay mucha necesidad. Lo dijo el propio AMLO en su discurso: "esta región de Guanajuato está muy abandonada, es la región más pobre, más marginada del estado". Y como siempre, los más abandonados y más pobres son los indígenas, los pueblos Otomí y Chichimeco Jonaz.
Por supuesto, no faltaron los incondicionales de López Obrador, esos que lo han seguido por años, por lustros. Ahí estaban, apretados, aterrados, sudorosos, pero sin perder el aliento ni el ritmo, pese a los empujones: "Es un honooooor / estar con Obradooor".

Afilando gargantas, como lanzas
Pero Andrés Manuel no fue el único que tuvo porra. El gobernador de Guanajuato, Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, hizo lo propio. Sucede que cada que se mencionaba su nombre, el de Diego, se hacía patente el malestar, se soltaba la rechifla y los reproches. Las consignas "Diego asesino", "Diego corrupto" se activaban de tanto en tanto, y quedaban tapadas a ratos por el grito "Diego, Diego, Diego".
Terminado los discursos iniciales, a cargo tanto de la autoridad indígena otomí, León Rodríguez García (quien pidió autonomía para su pueblo -VER RECUADRO INFERIOR-), como del director general del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas Adelfo Regino Montes, el gobernador tuvo que recurrir a una frase usada por el propio AMLO: "Serénense", para intentar calmar a la gente.


Tras pedir un aplauso para el Presidente, Diego logró un respiro para poder arrancar sus anuncios: el agradecimiento por el acuerdo para concluir la carretera que una al noreste del estado con el municipio de Atarjea (el más alejado y el único que no contaba con ella). Para asegurar que los programas estatales no compiten con los federales, "se complementan", haciendo referencia al apoyo en Guanajuato a adultos mayores de los 60 a los 67 años, que luego quedarían cubiertos con el programa "68 y más".
"Porque de eso se trata, de hacer equipo" fueron las palabras que detonaron la mayor rechifla, ahogando casi lo de que "este país lleva muchos años dividido, no más división". Esto, mientras un grupo gritaba "¡Fuera, corrupto!", otro intentaba apagarlo con el "Diego, Diego, Diego" y entre la gente ocurría al menos un desmayo, que fue rápidamente atendido por elementos de Protección Civil. Pasaba de las 4 de la tarde, hacía un calor seco.
El gobernador presumió a los más de 4 mil becados en el extranjero y luego abordó el tema del INSABI, el Instituto de Salud para el Bienestar, que sustituyó al Seguro Popular, afirmando que, como Guanajuato administrará con su propio sistema de salud, tendrá que haber coordinación con el gobierno federal, y anunciando un hospital para el municipio de Xichú, que beneficiará la zona noreste.
Le pidió además apoyar otras obras, como el libramiento a Empalme Escobedo, en Comonfort, y la ampliación de la carretera San Felipe-Silao, la más peligrosa de Guanajuato y una de las más peligrosas del país, pese a su importancia por su conectividad con el norte.
Lanza AMLO reto por sector salud: "vamos a ver quién es quién"
Andrés Manuel López Obrador presumió que visitaba nuevamente Tierra Blanca, Guanajuato, ahora ya como presidente de la República. Refiriéndose veladamente a las rechiflas, dijo que "en la dictadura no se puede discrepar", y que "cuando hay democracia hay pluralidad".
También habló del fraude electoral, "es delito grave". No obstante, cuando dijo "El que haga fraude se va ‘al bote’ sin derecho a fianza", entre la gente surgió el grito anónimo, "¿Y entonces (Manuel) Bartlett?". Y ahí quedó.
En cambio, el anuncio de que en Tierra Blanca instalarán una sucursal del Banco del Bienestar arrancó la mayor ovación, puesto que ahora no hay sucursal bancaria en el municipio y la gente debe desplazarse a otros lugares para hacer cobros y pagos. Anunció que ya se construyen dos mil 700 sucursales en todo el país.

Pero el asunto más espinoso del momento, es sin duda el del INSABI, ese con el que aseguró el Presidente, "no hay ningún problema" con Guanajuato, "tenemos que trabajar juntos".
"(...) en el caso de Guanajuato se decidió que el gobierno del estado mantenga los servicios de salud, que sea responsable de garantizar que no falten los médicos, que no falten los medicamentos y que el servicio de salud sea de calidad, que la atención médica y los medicamentos sean gratuitos, porque eso ya está en la Constitución y ya está en las leyes".
Si no hubo una adhesión de Guanajuato para integrar el servicio de salud, "nosotros vamos a cumplir (...), porque se les van a transferir todos los fondos que por derecho le corresponden".
El presidente calificó la decisión del gobierno de Diego Sinhue de manejar su propio sistema de salud como "buena", "porque es como la democracia, significa competencia y vamos a ver quién es quién. ¿De acuerdo?".

Otros anuncios más importantes fueron que el presupuesto federal irá directo para escuelas y que se empezará a producir fertilizante para respaldar a los pequeños productores (se estima que para abril). Luego de la petición del líder indígena sobre servicios de comunicación, López Obrador prometió que habrá internet en todo el territorio nacional, "internet gratuito en plazas, en escuelas, en centros de salud, en hospitales".
Poco después, todo terminó. Las autoridades civiles se despidieron, pero aún tardaron tiempo en poder abandonar el lugar, pues todos querían saludar tanto al Presidente como al Gobernador, entregarles su carpeta, su petición. Lentamente, el centro comunitario se vació, ríos de gente acompañaron hasta la calle principal los vehículos de Andrés Manuel y Diego Sinhue.
Y atrás de la comitiva, de la última camioneta negra, la del gobernador, mujeres indígenas iban vaciando sus coloridas canastas, tirando los pétalos de flores, como agradeciendo la visita.
Los pueblos indígenas "somos flor, copal y canto"

León Rodríguez García, autoridad indígena otomí, agradeció al Presidente ir a dialogar con los pueblos indígenas, e informó que previo a su visita se reunieron 155 autoridades indígenas que "pensaron en colectivo" lo que querían de este diálogo con el gobierno. Y lo planearon con palabras claras: "Queremos recuperar nuestra autonomía comunitaria", por lo que proponen una reforma a la Ley Orgánica Municipal "para que las comunitarias indígenas sean tomadas en cuenta para cargos dentro de los ayuntamientos y se reconozca a las autoridades nombradas de manera tradicional", así como buscar representantes legislativos que bajen los recursos directamente a las comunidades..
Tienen la intención de crear un plan de seguridad que conste de guardias comunitarias, que se realicen de manera coordinada con las dependencias municipales y estatales.
El líder indígena denunció que actualmente no tienen acceso a dos lugares que consideran sagrados, uno es el Ojo del Agua de La Hervidora, un pozo de agua termal curativa, y el otro es el Cerro Grande en Arroyo Seco, "ahí se hizo un centro ecoturístico y ahora tenemos que pagar para entrar".
Además, denunció la contaminación del río Cieneguilla, a causa de los drenajes, así como la falta de mantenimiento en basureros y la tala ilegal de biznagas gigantes y árboles, por lo que proponen reforestar tierras erosionadas con la siembra de biznagas y magueyes, y dar las concesiones a los indígenas. El desabasto de agua también pega a esta región.
León Rodríguez destacó la falta de empleos bien remunerados y que los caminos están en malas condiciones. Y destacó la necesidad de contar telefonía e internet en todas las comunidades, para lo cual pidió el apoyo del gobierno de López Obrador.
Otros problemas que afectan a las comunidades indígenas de Guanajuato son la migración, sobre todo de jóvenes, discriminación, falta de seguimiento a sus proyectos productivos y el desvío de recursos públicos.
Además de los ponentes, en el presídium estuvieron presentes Marina Evelyn Rodríguez González, niña indígena otomí, María Cirila Gallegos Gallegos, presidenta del Consejo Estatal Indígena de Guanajuato, Juan Baeza López, autoridad indígena chichimeco jonaz, y Pedro Pueblito Hernández García, presidente municipal de Tierra Blanca.
8 de febrero de 2020, 08:31
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